Fotos de satélite para controlar y evitar catástrofes
Localizar una emergencia, sea del tipo que sea, situar los recursos más cercanos y asignar los servicios necesarios son sólo algunas de las utilidades de los sistemas de información geográfica (SIG o GIS, según sus siglas en inglés).
Una fotografía satélite conjugada con los datos específicos que requiere el cliente dan como resultado un programa informático que da respuesta a las necesidades de la empresa en cuestión. 'Estos sistemas permiten relacionar datos de un determinado sistema de información con su localización geográfica', señala Alfonso Rubio, consejero delegado de Esri, una de las empresas que desarrollan estos sistemas en España. 'Permiten visualizar los datos económicos, demográficos logísticos o geográficos sobre un mapa', añade Rubio.
La finalidad de estos sistemas de información geográfica difiere en función del cliente. En el caso de las empresas de servicios, uno de los demandantes habituales de estos sistemas, el objetivo suele ser el control de las redes de distribución. En otros casos, puede tratarse de la localización de una avería o de utilidades urbanísticas.
Uno de los últimos proyectos que está desarrollando la empresa es un mapa de ruido expresamente encargado por el Gobierno Vasco. 'El objetivo es conocer dónde se produce mayor contaminación acústica, analizar el impacto sonoro allá donde se produce y realizar el mapa de la zona correspondiente', explica Rubio, quien señala que tras la publicación de la directiva de la UE que obliga a que todos los ayuntamientos hagan públicos estos mapas de ruido, serán muy útiles para los ciudadanos.
Basta acceder a través de Internet para conocer si en la zona en la que se habita o trabaja existe mayor contaminación acústica de la permitida. 'Además, a través de varios filtros, el ciudadano puede llegar a acceder a la información de su bloque de viviendas', explica Rubio.
Ayuntamientos, organismos medioambientales, protección civil, catastros, organismos de defensa, transporte y logística y las entidades financieras son algunos de los clientes habituales de las empresas que como Esri, se dedican a la realización de sistemas de información geográfica y de servicios.
Pese a que una de las principales fuentes de estos sistemas son los datos, Rubio sostiene que la provisión de éstos no forma parte de sus fines. 'Recopilamos datos de todas las fuentes legales que hay -como el Instituto Nacional de Estadística (INE), el catastro, el Instituto Geográfico Nacional o los mapas de carreteras- pero no somos una compañía que se dedique a proveer datos'.
El sector de la sanidad -que verá facilitado su labor a través de estos sistemas- el de la educación -mediante acuerdos con universidades y escuelas- y el del consumo -cuyas empresas podrán conocer los hábitos generales de los consumidores de la zona en la que está situados- son, a juicio de Rubio, los clientes potenciales de este tipo de sistemas.
Su coste, que se deriva del elevado precio de las fotografías del satélite, es, por el momento, su principal cortapisa. El mapa acústico del País Vasco, por ejemplo, tiene un coste de 300.000 euros, si bien es cierto, que según Rubio es uno de los sistemas más elaborados. 'Con el tiempo, el precio medio de estos sistemas se reducirá drásticamente', augura Rubio.