El PP romperá el pacto que ha facilitado la alternancia en el Tribunal de Cuentas
El PP no está dispuesto a ceder al PSOE la presidencia del Tribunal de Cuentas en la votación prevista para el mes que viene, pese a que existe un pacto no escrito entre los dos grandes partidos por el que se facilita el acceso al cargo a la fuerza mayoritaria.
El mandato del actual presidente del Tribunal de Cuentas, Ubaldo Nieto, vence el 12 de noviembre y a partir de entonces la docena de consejeros que componen el plenario deberá proceder a su relevo. El PSOE todavía confía en que el PP respete el pacto no escrito por el que tradicionalmente ha accedido al cargo un consejero de la fuerza política mayoritaria en el Parlamento. Sin embargo, el PP no está por la labor. 'Acabamos de ver cómo el Gobierno ha cambiado de forma unilateral las reglas de juego para intervenir en la elección de los altos cargos del poder judicial y ahora no le vamos a regalar, encima, la presidencia del Tribunal de Cuentas al PSOE', afirma un alto dirigente popular.
Ubaldo Nieto accedió en diciembre de 1997 a la presidencia del órgano fiscalizador externo del Estado, en el primer relevo que se produjo en el mismo tras ganar el PP las elecciones generales. Le entregó el testigo la consejera propuesta por el PSOE, Milagros García Crespo. Tres años después, Nieto prorrogó su responsabilidad al frente del Tribunal tras renunciar a sucederle el consejero Juan Velarde.
Cuando el ex portavoz adjunto del Grupo Popular en el Congreso Manuel Núñez ingresó como consejero del Tribunal en noviembre de 2001, lo hizo con la promesa de que accedería a la presidencia en 2004 cuando se produjera el relevo de Nieto, siempre dentro de un escenario en el que el PP se creía seguro ganador de las elecciones de marzo pasado.
Las circunstancias han cambiado y el PSOE intenta hacer valer ahora el pacto no escrito que siempre ha prevalecido entre los dos grandes partidos para permitir que el presidente sea designado por la primera fuerza política. Este objetivo choca con dos dificultades: la voluntad del PP de eludir este acuerdo y, en segundo lugar, la minoría en la que se encuentran los consejeros del PSOE dentro del Tribunal.
Seis consejeros contra cinco
Hay doce consejeros en total y seis de ellos fueron designados a propuesta del PP, incluido el actual presidente. Además, hay un consejero elegido por consenso, Javier Medina, destinado en la sección de Enjuiciamiento, que habitualmente siempre se ha alineado con las tesis de los consejeros propuestos por los populares. Su voto es el único que infunde cierta inquietud en el PP donde, en todo caso, se contempla como mucho la posibilidad de que se abstenga en la elección del presidente. El PSOE dispone de cinco consejeros, por lo que depende para el relevo en la presidencia del Tribunal de la voluntad del PP, a menos que el Gobierno se decida a cambiar la ley.
El mandato de los actuales consejeros vence en 2010. 'Romper este pacto sentaría un precedente delicado para el PP y significaría una clara deslealtad institucional', opina un miembro de la ejecutiva socialista.
La importancia que conceden los dos principales partidos a disponer de un consejero de confianza en la presidencia del Tribunal deriva de que, en caso de empate, siempre dispone del voto de calidad. La experiencia demuestra que sólo se ha hecho uso del mismo en etapas de alta conflictividad política. Sucedió, por ejemplo, con el ex presidente Adolfo Carretero en el caso Filesa. Con posterioridad, la mayoría de las votaciones trasladadas al plenario del Tribunal se han saldado con la unanimidad.