Los municipios exprimen al máximo los tributos ligados a la vivienda
Los municipios están aprovechando al máximo el boom inmobiliario, elevando con fuerza los tributos ligados a la vivienda. El impuesto sobre construcciones está exprimido ya al 87% de lo máximo permitido; la plusvalía municipal, al 85%, y el IBI, al 65%. Barcelona, Bilbao y San Sebastián, entre las ciudades más explotadas.
Los municipios han encontrado en el boom inmobiliario la gallina de los huevos de oro con la que hacer frente a sus crecientes necesidades financieras y los tres tributos locales ligados a la vivienda (el de construcciones, la plusvalía sobre terrenos y el Impuesto sobre Bienes Inmuebles o IBI) representan ya más del 60% de los ingresos municipales impositivos.
En estos tributos, el esfuerzo fiscal relativo (entendido como el real que soporta cada contribuyente sobre el máximo permitido por la ley de haciendas locales) ha superado ya claramente el 80% de media en el conjunto del país, según el informe que ha elaborado el Ayuntamiento de Madrid para este año y en el que se recogen datos del resto de España. Y no hay sensibles diferencias teniendo en cuenta el color del partido político que gobierna en cada consistorio. Todos han ido al alza este año. Unos más que otros.
El impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras (ICIO), se lleva la palma con un esfuerzo fiscal medio del contribuyente del 87,04%. Y en 28 de las 52 capitales de provincia se supera el 90%. En el impuesto sobre el incremento del valor de los terrenos de naturaleza urbana (grava la plusvalía en la compraventa de inmuebles) el esfuerzo ha alcanzado en 2004 el 85,25%. Llama la atención cómo estos dos tributos que, en principio, no son obligatorios (los ayuntamientos pueden optar por implantarlos o no) se han configurado como una pieza esencial en el entramado impositivo municipal. Tanto es así que por ambos se recauda cerca del 20% (alrededor de 1.800 millones de euros al año) de los ingresos tributarios municipales.
El impuesto sobre bienes inmuebles (IBI), la llamada contribución urbana, está siendo exprimido de igual forma, con subidas constantes. Con todo, el esfuerzo fiscal global en el IBI es algo menor (65,47%) que en los otros dos tributos ligados a la vivienda. Pero se trata, tan sólo, de un efecto estadístico debido a que el aumento del valor catastral, fruto del 'boom inmobiliario', hace aumentar el tope máximo de recaudación permitido por la ley, en términos absolutos. De esta forma, los municipios acaban recaudando más por el IBI sin que la presión fiscal relativa del impuesto se eleve en demasía. Pero lo que sí se eleva es lo que cada ciudadano tiene que pagar.
Madrid aprieta el acelerador
La capital de España ha mantenido un nivel de impuestos ligeramente superior a la media nacional en los últimos años, aunque alejada de las primeras posiciones.Sin embargo, la llegada de Alberto Ruiz-Gallardón al consistorio ha provocado un cambio radical en la política tributaria. Con el ánimo de financiar grandes obras de infraestructuras (entre ellas la modernización de la carretera de circunvalación M-30 y el proyecto Olímpico para 2012), el alcalde ha subido fuertemente casi todos los tributos. Para este año, la administración de Gallardón ha elevado de media el IBI en un 35%, superando incluso el 50% en algunos casos. Y lo ha hecho sin subir el tipo efectivo del impuesto, tan sólo eliminando la bonificación que el anterior alcalde, José María Alvarez del Manzano, tenía fijada en años anteriores.Próximas subidasEl esfuerzo fiscal de los madrileños en el IBI sólo alcanza el 47,6% de lo permitido por la ley, por lo que el alcalde tiene margen para nuevas subidas, teniendo en cuenta el fuerte alza del precio de la vivienda. De momento, Gallardón ha anunciado que para 2005 el IBI sólo se actualizará en función de la inflación (un 2%), pero otros tributos subirán fuertemente, como la tasa por el uso de la grúa (el 55%).San Sebastián es otro de los municipios con una presión fiscal más alta. Ha alcanzado el máximo permitido en el IBI y en el impuesto de construcciones. En el impuesto sobre circulación se puede pagar hasta 238,4 euros si se cuenta con un vehículo de gran cilindrada.
El Gobierno central busca fórmulas para sumar recursos
El Gobierno central es consciente de que la asunción de nuevas competencias por los municipios está complicando la suficiencia financiera de los entes locales. El golpe de gracia lo dio la supresión del IAE para el 92% de las empresas (fuente de ingresos para los ayuntamientos). La compensación del Ejecutivo central que se pactó no es suficiente. Por eso, se están estudiando 'fórmulas para mejorar su financiación', admiten fuentes del Ministerio de Administraciones Públicas. Entre ellas, se encuentra un aumento de la participación de los municipios en los ingresos del Estado.
Ansia de recaudación en pequeñas capitales de provincia
Las pequeñas capitales de provincia también están aprovechando el boom de la vivienda para recaudar más. Ciudad Real, Jaén, Lérida o Salamanca están en las principales posiciones en el ranking en el impuesto sobre bienes inmuebles, con un esfuerzo fiscal máximo (el 100%), por encima, incluso de Barcelona o Madrid. El ayuntamiento de Jaén, por ejemplo, ha elevado este año un 15,4% el tipo impositivo del IBI. Burgos y Zaragoza, un 9,75%. Guadalajara, un 9,2%. Y Almería es la ciudad cuyos empresarios realizan el mayor esfuerzo fiscal del país a la hora de pagar el IAE.
Barcelona, la ciudad en donde se soporta la mayor carga
Barcelona es de las grandes ciudades en la que se soporta una mayor presión fiscal. El esfuerzo tributario es máximo (el 100% de lo permitido por la ley) en dos impuestos: el que grava las plusvalías de los terrenos y el de circulación. En el resto, se supera la media ampliamente. En el caso de la contribución urbana , el esfuerzo alcanza el 83,82%. Es decir, el alcalde Joan Clos sólo tiene de margen 16,18 puntos para seguir exprimiendo este tributo en los próximos años. Bilbao es otro ejemplo en donde es máximo el pago del contribuyente por impuestos ligados a la vivienda.