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Disputas

Almunia y el BCE discrepan de nuevo sobre la vigilancia fiscal

El comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, defendió ayer una vez más, durante una comparecencia en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas, su proyecto de reforma del Pacto de Estabilidad, cuya aplicación quiere adaptar a la coyuntura y circunstancias de cada país.

Jean-Claude Trichet, que ayer también se encontraba en Bruselas reafirmó asimismo su apego al Pacto actual.

'El Consejo de Gobierno está convencido de que es posible, y sería beneficioso, introducir mejoras sustanciales en la aplicación del Pacto', afirmó el presidente del BCE. 'Pero al mismo tiempo alertamos contra un cambio en el texto del Tratado o de los Reglamentos'.

'La opinión del BCE es muy importante y siempre debe ser tenida en cuenta', afirmaba por su parte Almunia en el Parlamento. Pero 'las decisiones las toman los Estados miembros'.

El bilbaíno se sometió a una audiencia pública de tres horas en el Parlamento como paso previo a su futura permanencia en el cargo durante los próximos cinco años.

El futuro presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, desde el 1 de noviembre ha ofrecido a Almunia continuar con la misma cartera hasta 2009. El Parlamento no parece tener ninguna objeción.

El Pacto de Estabilidad fue también el elemento omnipresente durante su comparecencia ante la Comisión parlamentaria de Asuntos Económicos. Uno tras otro, los eurodiputados centraron sus preguntas en la reforma del Pacto anunciada por Almunia a finales de agosto. El comisario intentó disipar la inquietud de quienes temen que su oferta de flexibilidad derive hacia una relajación de la vigilancia fiscal y un pacto a merced de las veleidades presupuestarias de cada país.

'Las reglas son las mismas y todos los países tienen que ser tratados con equidad, pero eso no quiere decir que tengan que ser tratados de igual manera'. Almunia respondía así a la 'alarma' del eurodiputado popular, José Manuel García-Margallo, ante la perspectiva de un Pacto 'con 25 reglas distintas'.

El comisario insistió en que la reforma sólo pretende devolver la 'credibilidad' al Pacto y 'aumentar su eficacia y coherencia'. Para ello propone la introducción de 'incentivos' que animen a los países a mejorar su situación fiscal durante los períodos de bonanza económica y pide un mayor énfasis en la reducción o contención de la deuda pública.

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