La Caixa gana el pulso legal a Francia en la remuneración de las cuentas
La Caixa derrotó ayer judicialmente al Estado francés. El Tribunal de Justicia europeo, con sede en Luxemburgo, reconoció el derecho de la entidad catalana a abonar intereses en las cuentas corrientes de sus clientes en Francia, una práctica prohibida hasta ahora en ese país.
La sentencia, que responde a una consulta prejudicial del Consejo de Estado francés, obligará a París a modificar su normativa, al menos, en lo referente a filiales de entidades extranjeras. La caja catalana, que ha contado con el apoyo de la Comisión Europea, abre así una vía para competir en el mercado francés ofreciendo un producto que, hasta ahora, estaba vetado a la banca nacional. La presión sobre las entidades locales puede forzar un cambio legislativo definitivo en este terreno en Francia.
La batalla se inició en febrero de 2002 cuando la Caixa intentó ganar cuota de mercado en Francia ofreciendo a través de sus filiales en ese país, conocidas como Caixa Bank, cuentas corrientes remuneradas con un 2% de interés a partir de un saldo de 1.500 euros.
La oferta, a primera vista inocente, se topó con la oposición de la Comisión bancaria y financiera de Francia que prohibió a CaixaBank la apertura de nuevas cuentas con esas condiciones y exigió que retirara la remuneración a las cuentas ya abiertas con dicha cláusula.
La entidad catalana ofrecía un interés del 2% en cuentas corrientes con saldos de 1.500 euros
La decisión de las autoridades galas se basaba en un añejo Reglamento de 1986 que prohíbe a todas las entidades, nacionales y extranjeras, ofrecer intereses en las cuentas corrientes. El Tribunal de la UE falló ayer que la norma 'supone un obstáculo para las entidades de crédito como CaixaBank en su actividad de captación de fondos del público'.
El derecho comunitario, sentencian los jueces, 'se opone a la normativa de un Estado que prohíbe a una entidad de crédito, filial de una sociedad de otro Estado miembro, que remunere las cuentas corrientes'.
'Es un acontecimiento importante', celebró la sentencia Jonathan Todd, portavoz de la dirección general de Mercado Interior de la Comisión Europea. 'Francia ya no podrá decir que protege a los consumidores prohibiendo la remuneración de cuentas'.
El Tribunal, en efecto, ha rechazado todos los argumentos de las autoridades francesas, que defendían esa limitación como un método de abaratar los servicios bancarios para todos los ahorradores, de fomentar el ahorro a medio y largo plazo y de contener la inflación.
Los jueces señalan que la prohibición, 'aun suponiendo que presente en definitiva ciertas ventajas para el consumidor, va más allá de los necesario para alcanzar dicho objetivo'. El Tribunal ofrece a Francia, único país de la Unión Europea donde existe tal limitación, la posibilidad de preservar la gratuidad de los servicios bancarios permitiendo al cliente que elija entre esa posibilidad o la cuenta remunerada.
'Volveremos a retribuir el pasivo'
El consejero delegado de CaixaBank , Gabriel Castelló, explicó ayer a este periódico que la entidad esperará a que entre en vigor la nueva norma para volver a pagar intereses a sus 70.000 clientes. Y aprovechará el 'impacto mediático' para lanzar una campaña mejorando incluso la oferta que tenía en cuentas corrientes en 2002, año en el que se le prohibió remunerar el pasivo. El objetivo es aumentar un 25% los clientes en 12 meses y en un porcentaje similar el negocio. CaixaBank tiene 2.000 millones en créditos y lo mismo en recursos ajenos. Castelló asegura que con esta sentencia 'se abre la puerta a la competencia en Francia', tanto para la banca extranjera que opera en el país, como para la francesa. 'La mayoría de los bancos franceses están tácticamente preparados para lanzar cuentas remuneradas. Y será cuestión de tiempo que lo hagan', dice. Defiende que no por ello la banca tendrá que subir las comisiones de los cheques, algo gratuito en Francia y de mayor aceptación que las tarjetas. De hecho, CaixaBank, con 53 oficinas especializadas en banca personal, no facturará los cheques.