La Comisión da el sí a Turquía porque "Europa no tiene nada que temer"
La Comisión Europea ha acordado hoy recomendar a los Veinticinco la apertura de negociaciones con Turquía para su adhesión a la UE "con condiciones específicas". Europa, asegura el presidente del Ejecutivo, Romano Prodi, "no tiene nada que temer". La decisión definitiva la deben tomar los jefes de Gobierno el 17 de diciembre.
Prodi, y el comisario para la Ampliación, el alemán Günter Verheugen, han comparecido inmediatamente después de tomar la decisión ante un pleno extraordinario del Parlamento Europeo, presidido por Josep Borrell. El jefe del Ejecutivo comunitario ha confirmado a los eurodiputados que Turquía cumple las condiciones para empezar a negociar su adhesión , aunque con "una serie de recomendaciones sobre el control y la verificación de la situación en Turquía y de la forma de llevar a cabo las negociaciones".
"Europa, con una Constitución, con instituciones fuertes y políticas firmes para lograr un modelo de paz y prosperidad económica, no tiene nada que temer de la adhesión de Turquía", ha dicho Prodi, cuyo mandato al frente de la Comisión expira el próximo día 31.
La Comisión, eso sí, no establece fechas: tan sólo hace referencia a que la UE debe negociar el presupuesto de 2014 antes de que se produzca la entrada de Turquía, por lo que ésta no se podrá producir antes de 2015. La negociación, en caso de que finalmente se abra, arrancará en la segunda mitad de 2005
Condiciones especiales
Pero el proceso de negociación de un país de mayoría musulmana y que pronto será el más poblado de esta zona del mundo, no será el habitual de la UE. Tal y como adelantó la semana pasada EL PAÍS, la Comisión pide que se establezca un sistema de suspensión que permita bloquear la negociación sine die si se aprecian violaciones de los derechos humanos. Además, se impone una cláusula que permitiría suspender la libre circulación de personas en caso de "dificultades extremas". Esta previsión, inédita en el sistema comunitario, pretende dar a los demás miembros de la UE una herramienta para protegerse de una hipotética avalancha de inmigrantes.