El respaldo de Rusia despeja el futuro del Protocolo de Kioto
El Gobierno ruso ratificó ayer el Protocolo de Kioto, con lo que deja vía libre para la entrada en vigor de este acuerdo internacional firmado en 1997, cuyo objetivo es frenar las emisiones de gases de efecto invernadero que están provocando el cambio climático.
Rusia tenía en sus manos la llave para desbloquear la entrada en vigor del Protocolo de Kioto y finalmente la ha utilizado. El Gobierno ruso ratificó ayer este acuerdo internacional que se firmó en 1997 bajo los auspicios de la ONU y que obliga a los países firmantes a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente el dióxido de carbono (CO2), para frenar el calentamiento terrestre.
Pese a las profundas reservas que han mostrado los funcionarios rusos, convencidos de que esta decisión afectará negativamente a la economía rusa, el Gobierno de Vladimir Putin ha dado el visto bueno al Protocolo, que debe ser refrendado en una fecha sin determinar por el Parlamento ruso, compuesto por una mayoría que apoya al Gobierno.
Tras la retirada de Estados Unidos hace tres años, el futuro de Kioto quedaba en manos de Rusia, ya que, para su entrada en vigor debía ser refrendado por un mínimo de 55 países (algo que ya se había superado) que, a su vez, debían representar más del 55% de las emisiones totales de 1990. Hasta este momento, lo habían ratificado 124 países, que sumaban el 44% de las emisiones mundiales, cuando sólo Rusia supone el 17% de las mismas. De los grandes emisores sólo se habían adherido la Unión Europea y Japón, mientras que China, Australia y Estados Unidos (que emite el 20%) han decidido quedarse fuera.
Satisfacción en la UE
La decisión de Moscú fue muy elogiada ayer por los dirigentes de la Unión Europea que, con una directiva en marcha para regular el comercio de emisiones entre los Estados miembros, había quedado a merced de Rusia. 'El destino del Protocolo de Kioto depende de Rusia. Si nosotros rechazáramos la ratificación, nos convertiríamos en los culpables', aseguró ayer el viceministro ruso, Yuri Fedotov.
El Gobierno ruso llevaba varios meses lanzando mensajes contradictorios sobre sus intenciones respecto a Kioto, pero Putin lo respaldó en mayo a cambio de que la UE acordara los términos de admisión de Rusia en la Organización Mundial del Comercio (OMC). Un portavoz del Ejecutivo indicó que en tres meses se elaborará un plan de acción para el cumplimiento de los compromisos y derechos de Rusia en el marco del tratado.
En Bruselas, la comisaria europea de Medio Ambiente, Margot Wallström, afirmó que era 'un día feliz para Europa'. Y añadió: 'Mantenemos nuestro empeño en la lucha contra el cambio climático'. 'Hemos trabajado tanto que no podemos dar pasos atrás'. Wallström, que dejará su puesto el 1 de noviembre, ha sido una defensora al ultranza del Protocolo, frente a Loyola de Palacio, su homóloga en Energía, quien ha mostrado en muchas ocasiones su oposición por los efectos que puede tener su aplicación sobre la competitividad de las empresas europeas.
Al margen de que el Protocolo fuese ratificado o no, la UE se había comprometido por su cuenta a reducir las emisiones de CO2, a través de una directiva que regulará el comercio de emisiones que ya han traspuesto todos los Estados miembros. Estos han presentado a Bruselas planes nacionales de asignación, que son la condición previa para su entrada en vigor el 1 de enero.
Narbona alaba el gran proyecto de planta termosolar de Granada
Cristina Narbona, ministra de Medio Ambiente, y José Montilla, titular de Industria, se mostraron ayer satisfechos por la decisión de Rusia de ratificar Kioto, pues el mercado internacional se beneficiará al ampliarse el comercio de emisiones de CO2 . Narbona recordó, sin embargo, que España 'está alejada' de los compromisos de Kioto e insistió en el elevado gasto energético del país. Por su parte, Montilla insistió en que la competitividad de las empresas no se verá afectada. Ayer acabó el plazo para que las empresas soliciten la autorización de derechos de emisión y las asignaciones, según establece el Plan Nacional de Asignación.La ministra se refirió al proyecto de construcción de la planta termosolar más grande del mundo en Guadix (Granada), adelantado ayer por Cinco Días, y aseguró que demuestra que España 'no sólo tiene sol, sino tecnología y empresas capacitadas' para aprovecharlo. ACS promueve, junto a la alemana Solar Millenium, la construcción de una planta con una capacidad de 100 megavatios, costará 500 millones y dará servicio a 185.000 personas. Narbona recalcó que la instalación 'significa un avance potencial' y es 'una experiencia empresarial muy positiva'.Ayer se conoció que la planta ha logrado la declaración de impacto medioambiental favorable de la Junta de Andalucía, que se firmará el lunes. Desde esa fecha, el inicio de las obras dependerá de la autorización de Industria.
Compromisos y fines
125países en total han ratificado Kioto, con lo que se supera el 55% exigido para que el protocolo pudiera entrar en vigor.5%es el compromiso de reducción de emisiones hasta 2012, suscrito por los 38 países industrializados que firmaron el acuerdo en 1997.17%de las emisiones de CO2 supone Rusia sobre el total mundial. Con este país se supera el límite para que el Protocolo sea vinculante.