El Mercado Ibérico de Electricidad entrará en vigor el 30 de junio del próximo año
Los Gobiernos español y portugués han fijado para el 30 de junio de 2005 la fecha definitiva de entrada en vigor del Mercado Ibérico de Electricidad (Mibel), más de catorce meses después de lo inicialmente previsto.
El nuevo calendario del Mibel será formalmente fijado el 1 de octubre en la Cumbre Hispano-Portuguesa, que se celebrará en Santiago de Compostela. La fecha de arranque del Mibel garantiza el tiempo necesario para regular y legislar el futuro marco energético peninsular.
El retraso en la entrada en vigor del Mibel tiene que ver con los cambios de Gobierno en ambos países y la exigencia de España de extinción de los Contratos de Adquisición de Energía (CAE) en Portugal, medida que fue aprobada por Bruselas el pasado 22 de septiembre. Además, desde el Gobierno español se ha achacado el retraso a la inexistencia de unas condiciones mínimas que permitan competir a las empresas en igualdad.
El ministro español de Industria, José Montilla, y el titular portugués de Asuntos Económicos, Álvaro Barreto, iniciaron este mes negociaciones para la revisión del acuerdo. En junio, Montilla se reunió con el antecesor de Barreto (Carlos Tavares) para acordar medidas, entre otras, que los reguladores energéticos de ambos países, la Comisión Nacional de la Energía (CNE) y la Entidade Reguladora dos Servigos Energéticos (ERSE), se sentaran a trabajar y fomentar las actuaciones de los respectivos operadores de los mercados eléctricos, el Operador del Mercado Español de Electricidad (OMEL) y la sociedad Operador do Mercado Ibérico de Energía (OMIP)
Según el planteamiento inicial, la puesta en marcha del Mercado Ibérico de la Electricidad supondrá, en una primera fase, que la contratación de energía podrá efectuarse en mercado 'spot' (diario e intradiario); mercado a plazo con liquidación física, para contratar por un plazo máximo de un año; y contratación bilateral, para contratos con plazo mínimo de un año. En una segunda fase, se estudiará implantar un mercado de contratación a plazo puramente financiero.
Para la integración, las sociedades gestoras, OMIP (que se encargará de las operaciones a plazo) y OMEL (que se ocupará de las operaciones spot), intercambian un 10% de su capital.