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Tribuna
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Vuelven a pagar las empresas

El sector privado analiza las cuentas públicas: El director de Economía de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y el director ejecutivo de Fomento del Trabajo Nacional examinan el Proyecto de Presupuestos Generales elaborado por el Gobierno para el ejercicio 2005

Como todos los años, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) analizará con detalle el Proyecto de Presupuestos Generales del Estado que el Gobierno ha presentado a las Cortes para el ejercicio 2005, y en su debido momento hará pública su posición, después de someterla a la aprobación de sus órganos de gobierno. Así pues, cualquier valoración de urgencia tendrá carácter estrictamente personal y queda además en función de algunos condicionales, el más importante de los cuales es, como es evidente, que este Proyecto de Presupuestos Generales sea el que finalmente se apruebe por una mayoría de los representantes de la soberanía nacional.

Desde una perspectiva empresarial, lo más llamativo del Proyecto de Presupuestos presentado reside en que nuevamente se cuadra el Presupuesto gracias al superávit de la Seguridad Social, que se estima en un 0,7% del PIB y que enjuga los déficit previsto de la Administración Central (0,5%) y de las Administraciones territoriales (0,1%)

Esta práctica, que se viene sucediendo a lo largo de los últimos años, significa que de las cuotas que los empresarios y los trabajadores pagan para garantizar las pensiones futuras, se detraerán fondos para fines que, siendo perfectamente legítimos, no son los previstos.

Aligerar las cuotas a la Seguridad Social también repercutiría en más actividad económica

Dado que un 82% de las cotizaciones a la Seguridad Social proceden de la parte empresarial, concluimos que, de nuevo, las empresas serán las que paguen el equilibrio presupuestario.

Desde luego, es positivo que se alcance este equilibrio, pero sin duda sería todavía más positivo que esto se hiciese por otras vías, y no recargando la creación y el mantenimiento del empleo con un exceso de cotizaciones que, sumadas (seguridad social, desempleo, Fondo de Garantía Salarial-Fogasa, etcétera) representan casi un 40% sobre el salario.

Esta sobrecotización está muy clara, por ejemplo, en el caso del Fondo de Garantía Salarial, cuyos ingresos aseguran hoy el pago de indemnizaciones para más de once años; o también en el Seguro de Desempleo, que acumula un superávit de 3.600 millones de euros, y del cual se pagan planes de empleo y gastos corrientes que debería ser sufragados por impuestos.

En un largo y positivo proceso de reducción de los tipos impositivos, creemos que aligerar las cuotas a la Seguridad Social también repercutiría en más actividad económica, más creación de empleo y, en consecuencia, más empresas y trabajadores que cotizarían para subvenir el gasto futuro en protección social.

Aparte lo anterior, son muchas las observaciones que se pueden hacer al Proyecto de Presupuestos Generales del Estado, que contiene claroscuros dignos de un análisis más detallado.

Quizás el más relevante es la previsión del Gobierno, de que estos Presupuestos se cumplirán en base a una continua mejora de la economía mundial en 2005, que produciría un mayor crecimiento de los principales países de la Unión Europea, claves en nuestro comercio exterior.

Así conseguiríamos que la aportación del sector exterior al PIB fuese menos negativa que en años anteriores. Este aserto es perfectamente discutible, y de no cumplirse el escenario el déficit resultante de las cuentas del Estado sería relevante.

Sea como fuere, y a expensas de que el Proyecto de Presupuestos no sea sustancialmente modificado en su trámite parlamentario, se trata de un Presupuesto bien orientado, pero que hace recaer el peso de reducción del déficit sobre las cotizaciones sociales y sobre el cual pende la incertidumbre de que la evolución económica internacional permita su cumplimiento.

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