La acción del Santander digiere mal la opa sobre el Abbey
La compra del Abbey National Bank por parte del Grupo Santander ha sido bien acogida por los analistas, pero no tanto por el mercado. La presión vendedora se ha impuesto en las últimas sesiones. El valor ha perdido un 2,6% esta semana.
El Santander comenzó la semana perdiendo los ocho euros tras confirmarse que tiene vía libre para comprar el Abbey. De momento, no ha podido recuperarlos. El viernes terminó la sesión a 7,82 euros y cierra la semana con una caída acumulada del 2,61% que le acerca peligrosamente a los mínimos del año, alcanzados el 13 de agosto en 7,76 euros.
La operación cuenta con el beneplácito de muchas casas de análisis, pero a corto plazo se esperaba esta reacción. 'Creemos que una de las claves de esta caída es la forma en que se produce la compra, a través del canje de acciones', explica Iván San Félix, analista de Intermoney.
La operación consiste en el canje de una acción nueva del Santander por cada una del Abbey, previo abono por parte de este último de un dividendo de 25 peniques por acción. 'El mercado hubiera reaccionado mejor si hubiera financiado la compra con la venta de alguna de las participaciones que tiene en otras empresas', añade San Félix.
El intercambio de acciones genera el riesgo de una venta de papel del Santander una vez que se produzca el canje. 'Es lo que se conoce como riesgo de flow back, y obedece a que muchos accionistas del Abbey prefieren que se les pague las acciones en liquidez', explica Juan María Soler, de Sabadell Banca Privada. El papel de los fondos de inversión en este descenso es elevado, sobre todo el de aquellos con carteras de valores británicos.
Se aleja el riesgo de una contraoferta
Uno de los motivos que explican el descenso en la última semana de las acciones del Santander es el menor riesgo a que se produzca una contraopa, una vez que el HBOS se ha retirado de la batalla por el Abbey.Hasta la semana pasada, las cotizaciones del Santander y del Abbey descontaban una valoración superior al canje de una acción por otra, a la espera de que se mejorase la oferta. Disipada esa posibilidad, las valoraciones se han ido ajustando.A largo plazo, muchos analistas aprueban la compra al creer que tiene sentido estratégico y que el precio es razonable.