El campo se rebela por la caza del zorro
La cacería del zorro a caballo y con perros en la campiña británica es una de las imágenes más típicas de la vieja Inglaterra. Practicada durante siglos por la realeza y la aristocracia, mueve muchos negocios paralelos relacionados con complementos para los caballos y los cazadores y la cría de podencos -la raza de canes que se utiliza en esta práctica-, la caza del zorro está considerada cruel por los defensores de animales, que se declaran horrorizados por la forma en la que se mata al animal, normalmente despedazado por la jauría.
Aberración para unos, tradición para otros, esta práctica o deporte, como lo consideran algunos, parece estar viviendo sus últimos días. La pasada semana el Parlamento británico aprobó por mayoría la prohibición de la cacería con perros en Inglaterra y Gales en una agitada sesión, en la que se puso en entredicho la seguridad de la Cámara de los Comunes.
El debate del último miércoles tuvo que ser suspendido temporalmente después de que cinco manifestantes, vestidos con camisetas con mensajes en contra de la medida, irrumpieran en la sala. Saltándose todas las barreras de seguridad, los activistas consiguieron acercarse a la tribuna del presidente, ante la sorpresa de los diputados, que en ese momento estudiaban el proyecto de ley.
Los detenidos son todos hijos de familias conocidas. Entre ellos, destaca el jugador de polo Luke Tomlinson, intimo amigo del príncipe Harry, y Otis Ferry, hijo de la estrella de rock Brian Ferry.
Fuera de la Cámara, en Parliament Square, unas 10.000 personas se manifestaron en contra de la prohibición que, según la Alianza Campestre, una organización que defiende la cacería del zorro, afectará gravemente a la economía rural y provocará la perdida de 16.000 empleos, la mayoría en pequeños negocios relacionados con los complementos de caza.
Hasta ahora los múltiples intentos de la Cámara de los Comunes de aprobar la ley han sido bloqueados por la Cámara de los Lores. En esta ocasión, sin embargo, el Gobierno laborista está dispuesto a recurrir al Acta Parlamentaria para sancionarla. La ley entraría en vigor en Inglaterra y Gales el año que viene (en Escocia ya ha sido abolida). Pero Blair planea presentar una moción para que la prohibición total no se ejecute hasta julio de 2006 y así evitar incidentes durante las elecciones generales del próximo mayo.
Muchos de los defensores de la caza ya han dicho que están dispuestos a saltarse la ley e ir a la cárcel por ello si es preciso. Los responsables de la Alianza Campestre afirman que con la cacería se protege al ganado de este mamífero, valioso por su piel pero considerado una peste entre los granjeros. Se estima que hay cerca de 250.000 zorros adultos en el Reino Unido y que unos 425.000 cachorros nacen cada año. En la campiña se ve la caza del zorro como un espectáculo y una forma de controlar la reproducción de este animal.
Seguridad anticuada
Peter Hain, líder de la Cámara de los Comunes, criticó la pasada semana los fallos en la seguridad del Parlamento británico, después de que defensores de la caza del zorro lograran entrar en la sala. La invasión de la Cámara es la primera que se produce desde el siglo XVII, dijo Hain. Y añadió que la entrada de los manifestantes es una muestra de que la seguridad del edificio del Parlamento está anticuada. "Las medidas son propias de otra época. Ahora estamos en la era de los terroristas suicidas", señaló el líder parlamentario. La policía metropolitana investiga a periodistas y parlamentarios, que podrían haber facilitado la entrada de los manifestantes.
Negocio
Los negocios afectados por la prohibición de la caza del zorro están empezando a buscar alternativas para no desaparecer cuando la abolición sea efectiva. Frank Milner, dueño de una firma de sillas de montar y otros complementos, señala que su compañía está logrando más negocio en las excursiones a caballo por el campo que en la caza. Otros tienen una visión más pesimista y dicen que su única opción será el cierre, como es el caso de las clínicas veterinarias especializadas en caballos para la caza del zorro. "Nuestro equipamiento no se puede adaptar a animales más pequeños de granja", afirman.