Cárcel para el gurú bursátil de la televisión de EE UU
Martha Stewart no es el único personaje de la escena económica de EE UU que piensa en la cárcel. Esta semana, Todd Eberhard, gestor de fondos y habitual analista de programas financieros de televisión admitió que defraudó a clientes desde 1993 hasta el año pasado.
En 2001 Eberhard, criticaba en la CNN la destrucción de las murallas chinas en la banca de inversión. Ya había explotado la burbuja y la otrora estrella de la televisión y del análisis de Merrill Lynch, Henry Blodget, desaparecía del horario prime time y su oficina de Manhattan. Era junio y aún no había explotado el caso Enron pero Eberhard, de 39 años, pulía ante la audiencia (y clientes) su imagen de chico bueno.
La realidad es que desde sus firmas de inversión Park South Securities y Eberhard Investment Associates, este gestor defraudaba a sus clientes quienes le habían confiado 77 millones de dólares. Según el Gobierno y la SEC, quienes le demandaron en febrero de 2003, Eberhard se apropiaba de excesivas comisiones derivadas de operaciones que generaban pérdidas aunque los clientes no se enteraban porque manipulaba los informes que recibían.
Así, mientras este gestor ganaba 400.000 dólares al mes, los 12 millones de dólares que su mayor víctima, el viticultor Robert Pellegrini, le dio para que invirtiera menguaron hasta quedar dos. Algunos inversores reconocen que sus apariciones en televisión les animaban a creer en Eberhard cuando a su alrededor todo caía.
Cuando esta semana el juez le preguntó si era consciente de que violaba la ley, él dijo que si y se declaró culpable de 11 delitos de fraude y obstrucción a la justicia, lo que le valdrá entre ocho y 12 años de cárcel. Las maniobras de Eberhard se mantuvieron entre las paredes de su despacho durante meses porque dos de sus empleados le extorsionaron para mantener el secreto tanto de sus pasos en los mercados como los que daba a espaldas de su esposa con otras mujeres. Ambos empleados recibieron 1,5 millones para callar pero los dos le harán compañía en la cárcel.