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David Vegara Figueras

'Las familias podrán asumir las subidas de las hipotecas'

El secretario de Estado de Economía asegura que 'no hay ni habrá marcha atrás en las liberalizaciones de los mercados iniciadas en los ochenta, porque han transformado al país'. Considera que las familias absorberán sin problema las alzas de tipos que puedan producirse a dos años vista.

David Vegara Figueras (Barcelona, 1966) es hombre de confianza del vicepresidente Pedro Solbes desde los primeros noventa. Liberal tocado de sensibilidad social, especialista en mercados financieros, tiene claro que la liberalización económica iniciada en los ochenta 'ha transformado al país y no tiene marcha atrás'. Obsesionado con la búsqueda de instrumentos que potencien la productividad, pide tiempo para las nuevas políticas, que pasan por combinar 'defensa de la competencia, inversión, innovación y formación'. Promete dar poderes al Parlamento en materia de nombramientos en los organismos reguladores de los mercados, y apuesta por una solución socialmente impecable a la crisis de Izar: 'quien discuta esto, no conoce a este Gobierno'.

Pregunta. La Contabilidad Nacional del segundo trimestre revela cierto agotamiento de la actividad. ¿Mantiene su estimación de crecer este año un 2,8% y el 3% para 2005?

Respuesta. Es innegable que hemos pasado de crecer el 2,7% al 2,6% en el segundo trimestre, pero se ha acelerado la demanda interna y se ha acentuado la aportación negativa del sector exterior. El dinamismo de la demanda interna se fundamenta en el consumo y la construcción, así como en el despegue de la inversión en equipo; pero hay un freno en las exportaciones porque la recuperación en los países que son destino de nuestras exportaciones aún no ha tomado la fuerza y velocidad que esperábamos, en particular el caso alemán.

'Estamos hablando con todos los ministerios y tan pronto como sea posible articularemos las medidas para eliminar los diferenciales de inflación'

'Mantenemos nuestras previsiones económicas para este año y el que viene, porque hemos sido prudentes en el diseño del escenario; estamos en la parte baja de la estimación del FMI'

Seguimos manteniendo una previsión del 2,8% para este año porque, tal como indican los organismos internacionales, la recuperación en Europa está en marcha, y un cambio de comportamiento de las ventas al exterior es factible.

P. ¿Cómo ha sido el tercer trimestre, a la luz de los indicadores adelantados, y sobre todo del turismo?

R. Los datos de turismo no son malos; la producción industrial está bien, aunque se ha producido un retroceso en afiliación en agosto. No vemos cambios significativos, y es de esperar que el PIB vuelva a un crecimiento de alguna décima por encima del segundo trimestre.

P. ¿Qué está pasando con las exportaciones? El crecimiento del comercio mundial no está movilizando las ventas de productos españoles ...

R. Hay una razón coyuntural, y varias estructurales. Los mercados de destino tradicional no son precisamente los más activos. Y es cierto que dentro de la zona euro el diferencial de inflación no es un problema a un año, pero la acumulación de diferenciales desde la creación de la moneda única si que lo es. La ganancia adquirida vía tipo de cambio con la entrada en el euro a un precio bueno para la peseta la hemos dejado por el camino; y esto no se soluciona por decreto. Necesitamos una política económica que garantice la capacidad de competir en el medio y largo plazo; es difícil cambiar la dinámica en pocos meses. El objetivo es impulsar la productividad.

P. ¿El tipo de cambio está bien así?

R. La cotización actual (1,22 dólares por euro) es más o menos la que teníamos en el arranque del euro. Mala es la volatilidad de los tipos de cambio; no esta cotización en si.

P. ¿Qué escenario de costes para la actividad productiva espera el Gobierno para 2005, teniendo en cuenta que la energía se ha encarecido y los tipos de interés anticipan subidas?

R. Para 2005 esperamos un crecimiento del 3%, que es la banda más baja de las estimaciones de OCDE, Comisión Europea o FMI. Es factible si se producen las hipótesis que lo sustentan: progresiva recuperación de la economía europea, y un precio del petróleo de 33 dólares, que ahora está sobrepasado. Pero creo que hemos sido prudentes en el diseño del escenario.

Hasta ahora ha habido una buena respuesta de los agentes económicos en los costes laborales, y no creo que haya razones para que la cambien. En cuanto a los costes financieros, los mercados anticipan una subida de entre un cuarto y medio punto a lo largo de 2005, que es muy moderada. Siguen en niveles históricamente bajos y en un escenario en el que las empresas han hecho grandes saneamientos en los últimos tiempos.

P. ¿Y el efecto que puede tener en las familias la subida de tipos, y sus consecuencias sobre el consumo?

R. Ha habido una expansión espectacular del crédito a las familias en los últimos años, lo que nos ha llevado a los niveles europeos; es un comportamiento racional de la economía familiar. Se ha producido por la fuerte bajada de los tipos de interés y la confianza en que la bajada era de largo plazo, estructural, permanente. La subida de tipos tiene impacto sobre los niveles de las hipotecas, porque están masivamente indizadas a tipo variable. Pero el aumento del empleo y la subida de la renta real pueden absorber un incremento de tipos de la cuantía de la que estamos hablando.

Si los tipos suben cuatro puntos, la respuesta es otra. Pero en el horizonte que divisamos a dos años vista, las familias españolas están capacitadas para amortiguar las subidas del coste hipotecario.

P. Las advertencias de organismos internacionales sobre los riesgos para las familias son reiteradas y claras ...

R. Estos avisos no son de ahora. Se repiten desde que la tendencia de los precios se aceleró por la fortaleza de la demanda y la bajada de los costes de financiación. La vivienda es como un bono a cupón fijo de larguísimo plazo, y cuando los agentes entienden la bajada de tipos como permanente, la demanda crece y su rentabilidad se dispara. Las advertencias no son nuevas. Los alargamientos de plazos, la bajada de tipos y la economía familiar ha permitido hacer frente a la subida de precios sin riesgos. La situación no es preocupante; si seguimos con las tasas de expansión de precios de los tres últimos años, pues estaríamos preocupados. Por eso vamos a dinamizar el mercado del alquiler, sin entorpecer el acceso a la propiedad. El plan de choque de vivienda incide por ello en el alquiler.

P. ¿Los toques de atención de los organismos son, por tanto, exagerados?

R. Si se hace un escenario de caída de precios del 30%, es una exageración. Es cierto que la indización hipotecaria a tipos variables hace más vulnerable la situación, pero vamos a articular medidas globales para limitar los efectos de esto. No hay medidas a corto.

P. ¿Las reformas contienen el trasvase de incentivos fiscales de la compra al alquiler de vivienda?

R. No hay respuesta inmediata a un elemento que tiene tanta importancia en la imposición personal sin tener una visión global de la reforma fiscal. Es uno de los gastos fiscales más relevantes y es una de las incógnitas de la ecuación que hay que resolver en el conjunto.

P. La inflación sigue fuera de control. La tasa subyacente ha subido a cerca del 3% y los servicios siguen en el 3,7%. ¿Cómo piensan vencer esta resistencia a bajar de la inflación?

R. Estamos hablando con los ministerios para que tan pronto como sea posible articular un conjunto de medidas que vayan en la dirección de eliminar los diferenciales en los precios con los competidores. Debe quedar claro que no va a haber marcha atrás en el proceso de liberalización y de reformas. No va a ser este gobierno quien pare un proceso de liberalización y de reformas que se inició en 1982. No daremos marcha atrás.

Pero independientemente de las reformas de corto plazo, que señalan el camino por el que queremos ir, la principal preocupación es diseñar una política económica que sea coherente con estos objetivos. Y ello hay que coordinarlo con un presupuesto que no sea procíclico y no refuerce las presiones inflacionistas, y con un impulso a la productividad que permita la expansión de la renta per cápita, sin afectar a los precios.

P. Dice usted que no habrá marcha atrás en liberalización y reformas. Pero ¿cómo debe interpretarse el giro en horarios y distribución, o en descuentos de libros de texto? Los agentes económicos están en parte despistados sobre qué política económica quieren hacer ustedes...

R. La discusión de los descuentos en los libros de texto está cerrada, y no hay vuelta atrás en los descuentos. En los horarios comerciales hemos dotado de estabilidad jurídica al marco regulatorio, diciendo que un mínimo de 12 festivos anuales de apertura es más que razonable. Hay comunidades que tienen competencias, y si quieren ejercerlas, como máximo puede limitar las aperturas en festivos a ocho días; pero será la comunidad quien la está limitando, no el Gobierno del Estado. Y mantenemos la libertad absoluta para establecimientos de menos de 300 metros cuadrados. No puede hablarse de cambio radical. Y tenemos un marco de flexibilidad muy superior al de muchos países de la UE.

P. ¿Qué piensan hacer con la negociación colectiva y la estructura salarial de los convenios?

R. En el diálogo social nuestro deseo es abordar la relación entre productividad y salarios. No se puede decir que la negociación colectiva haya funcionado mal; pero hay que mejorar la relación salario-productividad, porque es ésta segunda parte del binomio la que explica a largo plazo el crecimiento de los salarios reales. Y hay que introducir las características específicas de las empresas en cada convenio.

P. ¿Qué harán con las bonificaciones en cuotas y con el despido?

R. No podemos abrir un proceso de diálogo con posiciones innegociables. Todo está interrelacionado, y las decisiones que se tomen serán negociadas, y cada una en función del esquema general que logremos. Tenemos mucho interés en reducir los niveles de temporalidad, pero siempre con negociación y respeto a la autonomía de las partes.

P. ¿Qué cambios preparan en los organismos reguladores de mercados?

R. En la CMT es prudente esperar a los cambios regulatorias que queremos hacer en 2005. Y en la Comisión de la Energía hay que ver cómo mejoramos las señales que están dando los mercados mayoristas, y diseñamos incentivos para que se produzcan las inversiones necesarias para que no se produzcan cosas indeseadas como los apagones.

P. ¿Qué política seguirán para los nombramientos?

R. El Parlamento debe jugar un papel: bien como órgano de elección directa, o bien como supervisor de los nombramientos; puede proponer el Gobierno, y el Parlamento examinaría sus planes y condiciones, pero precisa de cambios legislativos, y no tenemos la decisión tomada. En la CNMV no podemos porque el cambio es inmediato.

Cuatro pilares para impulsar la productividad

El impulso de la productividad es la gran preocupación de la política económica del Gobierno, a juicio del secretario de Estado 'Hay cuatro campos en los que hay que actuar. Primero, hay que reforzar la defensa de la competencia jurídicamente, que pasa por la integración del Servicio en el Tribunal; dotar de más seguridad jurídica a todos los agentes implicados en el proceso; articular el papel de las comunidades autónomas, respetando sus modelos; agilizar los procedimientos, para acelerar los verdaderamente importantes; estudiar los procedimientos de clemencia; etc.'.'En segundo lugar: inversión, desarrollo, investigación, innovación. Hay que hacer un esfuerzo como país en el presupuesto; ya lo hacemos en 2005, pero no es un problema que se resuelve sólo con esto, sino que se precisa el esfuerzo de todos, y ver cuánto se gasta en el sector privado en I+D+i. El gasto para 2005 se incrementa un 25%, y hay un diálogo fluido con empresas, universidades, etc. para que cada euro de gasto público movilice, como en Francia, al menos un 50% adicional de gasto privado'. 'En tercer lugar, mejorar nuestra dotación de capital humano, y eso pasa por la educación de los jóvenes, y eso es un compromiso general del Gobierno y muy particular del presidente'.'Y, por último, mejorar las infraestructuras. La conjunción de estos cuatro elementos debería permitirnos impulsar la productividad'.

'Se resolverá con el menor coste social posible'

El Gobierno resolverá la crisis de Izar con la solución social adecuada, según el secretario de Estado de Economía: 'Quien discuta esto, no conoce a este Gobierno'.¿Qué margen de negociación hay?Veremos qué dan de si las negociaciones. Tenemos intención de resolver este problema, que debió resolverse en 1997, última posibilidad de hacer ayudas, que es el punto en el que se encuentra Alsthom ahora. Alsthom discute ahora lo que aquí se discutió en 1997, y no se hizo. Trataremos de abordarlo con el menor coste social posible: quien discuta esto no conoce a este Gobierno.¿Cómo van a solucionar un problema que no encuentra arreglo desde hace veinte años?Aquí hay dos dimensiones: una económica, y otra social, que están ligadas. En términos económicos hay que preguntarse si podemos construir barcos en los que las pérdidas están entre el 15% y el 50% del valor del buque. Vamos a dar más relevancia a la parte militar, que no tiene limitaciones comunitarias, y buscamos participación privada allí donde se pueda. Y en términos sociales, dar la mejor solución.¿Qué hace suponer que habrá trabajo porque haya titularidad privada?Hay parte de la infraestructura de los astilleros, como los motores, que pueden tener interés para el sector privado.¿Hay una estrategia para frenar la deslocalización empresarial?Se produce por una multiplicidad de fenómenos: fiscalidad, mano de obra, infraestructuras, etc. La mejor forma de luchar contra ella es incentivar y mejorar la productividad de todos los factores.¿Cree que existe dumping fiscal por parte de los países del Este?En el Ecofin hemos hablado de esto, pero no se puede tener una posición final hasta que no haya un cierto acuerdo sobre las bases imponibles.

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