La insoportable levedad de la reforma de la PAC
En julio de 2003 la Unión Europea adoptaba una histórica reforma que, en síntesis, modificaba los sistemas de ayudas a la agricultura (cereales, oleaginosas y forrajes) y ganadería (vacuno y ovino), basados en pagos por superficie cultivada o cabeza de ganado, convirtiendo dichas subvenciones en 'pagos únicos por explotación', que no obligan a producir o tener ganado, aunque sí a cumplir determinados condicionamientos de carácter medioambiental, de salubridad de los productos y de bienestar animal. La actividad económica a desarrollar es libre, caso de existir el deseo de practicar alguna. Tan original sistema se extendió también a las ayudas al tabaco, algodón y aceite de oliva, tras la complementaria reforma de abril de 2004.
Las autoridades agrarias comunitarias desplegaron el habitual triunfalismo para la ocasión. Por fin habría una política agraria estable, hasta 2013, que facilitaría la ampliación, garantizaría las rentas de los agricultores, pero orientada al mercado, con libre iniciativa empresarial, fomentando las producciones de calidad y con seguridad para el consumidor y, en definitiva, respetuosa con el medio natural y el bienestar de los animales. Existía un importante objetivo adicional: dicha reforma facilitaría la adopción de una posición negociadora cómoda en el capítulo agrario de la Ronda de Doha, ante la Organización Mundial de Comercio (OMC). Efectivamente, como consecuencia de la Ronda Uruguay del GATT, existía una cierta incomodidad de la Unión Europea, debido a que la parte sustancial del apoyo a la agricultura se había catalogado como caja azul (ayudas por hectárea sembrada y cabeza de ganado, limitadas a unas referencias históricas). Este tipo de ayudas se sometió a una denominada cláusula de paz que las autorizaba hasta el 31 de diciembre de 2003. Por tanto, el objetivo último de la reciente reforma era eliminar la obligatoriedad de producir de modo que la OMC declarara los nuevos 'pagos únicos por explotación' como ayudas catalogadas de caja verde (no distorsionan el comercio ni tienen efectos sobre la producción).
No obstante, algo se ha torcido en Ginebra, en julio de 2004, cuando el Consejo General de la OMC ha alcanzado un acuerdo para avanzar hacia un final feliz de la Ronda de Doha. La Comisión Europea reafirma la compatibilidad de dicho acuerdo con la reforma de la PAC y la consideración de las nuevas ayudas de la PAC como de caja verde, en concepto de 'ayudas a la renta desacopladas'. Leyendo el texto (en su anexo A, bajo el epígrafe blue box) las dudas se multiplican. El acuerdo de Ginebra cataloga dentro de la caja azul 'los pagos directos que no requieren producción, si tales pagos están basados en superficies, rendimientos y cabezas de ganado fijos'. Aunque es legítimo seguir debatiendo sobre el concepto de 'desacoplamiento de ayudas respecto de la producción', parece obvio que el anexo A ha definido de un modo bastante exacto los nuevos 'pagos únicos por explotación' de la PAC.
La Unión Europea no ha negociado aún el tratamiento de sus nuevas ayudas a la agricultura
Aunque sea engorroso, este tema no es trivial. El acuerdo de Ginebra limita las ayudas de caja azul al 5% del valor total de la producción de la agricultura, cuando en la Unión Europea representan el 10%. Y ello 'desde el comienzo del periodo de aplicación', aunque en este punto de calendario se concede una cierta flexibilidad.
Mi impresión es que la Unión Europea no ha negociado aún la ubicación de sus nuevas ayudas, dando por supuesto que son de caja verde. Tal vez ello ha ocurrido debido a que la Comisión saliente quiere dejar el éxito de la Ronda Doha a la entrante, en la que una comisaria danesa se ocupará de Agricultura y un comisario británico de Comercio. Me pongo a temblar pensando que sean ellos los que tengan que interpretar el anexo A de Ginebra, y explicárselo a los países en vías de desarrollo.
Hay que tener en cuenta que si no logran convencerlos la reforma de la PAC de 2003/2004 habría sido absolutamente inútil y sería preciso volver a reformar la PAC, para reducir las ayudas al 50%, seguramente en el periodo 2007-2013. Hasta diciembre de 2005 en Hong Kong hay tiempo.