Dietas rápidas, pero poco saludables
El corazón de Bill Clinton ha dado un susto a muchos americanos. Hasta poco antes de su operación de cuádruple by pass el lunes el ex presidente mostraba una buena apariencia física, incluso mejor que durante sus años en la Casa Blanca, ya que se le veía en forma y más delgado. Su pérdida de peso se debía a que el ex presidente seguía recientemente una estricta dieta baja en hidratos de carbono, llamada South Beach, diseñada por el doctor Arthur Agatston del departamento del corazón del hospital Mount Sinai de Miami.
Pero su buen aspecto y el aval médico de esta dieta no detuvieron la procesión que iba por dentro y el corazón de Clinton ha estado al borde del infarto. La dieta no pudo parar una enfermedad muy adelantada y ha acrecentado las dudas sobre si son saludables regímenes exitoso como el del doctor Atkins (que elimina los hidratos de carbono y ya bajo lupa), la South Beach, y todos los planes extremos de perder peso.
'No culparía a la dieta porque estas enfermedades no se desarrollan de un día a otro' decía al Houston Chronicle la doctora Joan Carter, de la escuela de medicina Baylor. No obstante, Carter, experta en nutrición, hacía ver que planes como South Beach, con los que se pierde peso rápidamente, no son una buena opción para quien tiene problemas de obesidad, tensión alta, colesterol o diabetes.
Clinton perdió peso con el método South Beach, pero estaba al borde del infarto
La doctora Alice H. Lichtenstein, de la escuela de Nutrición de la Universidad de Tufts (Boston), asegura que no está claro que estas dietas 'extremas desencadenen una enfermedad coronaria' pero recomienda que quien haya perdido peso con ellas acuda a su médico para saber si además ha habido un efecto positivo en sus niveles de colesterol, lípidos o glucosa.
La idea es que no siempre se consigue reducir peso y, a la vez, controlar estos peligros para la salud. Esta doctora cree que el hecho de perder peso con los métodos Atkins o South Beach no significa automáticamente y en todos los casos una mejoría de salud. Por otro lado, Lichtenstein recuerda que estas dietas tienen bajos niveles de éxito a medio plazo. 'Solo el 5% de los que la siguen consiguen mantener el peso conseguido, luego vuelven a engordar y de vuelta a la dieta', comenta para recordar que seguir de forma discontinua dietas extremas no es aconsejable.
En el teléfono del Centro de Información de la Obesidad en España responden siempre igual a quienes preguntan por la dieta Atkins: 'No es equilibrada y no la aconsejamos en ningún caso. Aunque se pueda perder peso, a la larga es perjudicial porque, además de aumentar las grasas en el cuerpo se reducen los hidratos de carbono, que son energía para el cuerpo y el alimento de, por ejemplo, las neuronas'.
El consejo es siempre el mismo: que el nutricionista haga un plan equilibrado de dieta y, como dice Lichtenstein, 'que se hagan cambios fundamentales en la forma en que se come pero de forma honesta, comiendo menos y productos bajos en grasas y fruta', algo que la South Beach prohíbe en las primeras semanas.
Casi nunca es demasiado tarde para cambiar de hábitos. En el caso de Clinton casi lo fue, pero quien le conoce de cerca sabe que antes de embarcarse en las rigideces de la South Beach era un devoto de la comida rápida y no decía que no a casi nada. Sus niveles de colesterol se dispararon durante su estancia en la Casa Blanca. 'Yo no diría que el cuerpo tiene memoria de lo que se ha ingerido, pero sí que cuando hay una acumulación previa de placas de grasas en las arterias por malos hábitos alimenticios, la enfermedad evoluciona más rápido'. Lichtenstein recuerda otra de las claves: 'Hay que caminar más. Aunque no todo el mundo puede ir al gimnasio, caminar es básico'.
Al alcance de todos y sin riesgo
La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición ha elaborado un programa llamado Forma. Su objetivo es modificar los hábitos de vida que pueden conducir al sobrepeso. La premisa de partida es que 'las dietas incontroladas y muy restrictivas agreden el metabolismo y pueden generar importantes déficit en el organismo', insiste hasta la saciedad la doctora Clotilde Vázquez, jefa del servicio de nutrición clínica y dietética del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.Por eso, antes de lanzarse a la aventura de perder peso se pueden probar estas sencillas costumbres:l Camine a paso rápido un poco cada día. Puede suponer una pérdida de peso de hasta 10 kilos en un año.l Muévase en el trabajo, por ejemplo para hablar con compañeros en lugar de coger el teléfono.l Comprar sin tener hambre permite comprar pensando con la cabeza y no con el estómago. Antes de ir a la tienda lleve una lista cerrada de productos y cúmplala.l Sirva raciones y huya de poner fuentes de comida en la mesa. El que quiera repetir, que se levante a la cocina para servirse más comida. Así evitará ingerir más por gula que por hambre.l Espere cinco minutos antes de picar entre comidas. Entreténgase llamando por teléfono o bebiendo un vaso de agua.l Cocine con papel de aluminio las carnes y pescados (a la papillote). Este sistema permite que los alimentos se cuezan en su jugo y sin grasas. Asimismo, los potajes conviene desgrasarlos. Para ello, basta con dejarlos enfriar y retirar con una cuchara la grasa superior.l Evite las dietas, cambie su estilo de vida. Abandone el sedentarismo por ejercicio suave, huya de los regímenes milagrosos y fíjese metas realistas.l Lento pero seguro. Debe ir ajustando el peso de forma progresiva a las exigencias de la salud, por lo que siempre se debe intentar adelgazar bajo supervisión médica.
Regímenes de moda y polémica
AtkinsNo es la madre de las dietas pero casi. Se publicó en 1972 y su autor, el doctor Atkins, se vio obligado hasta su fallecimiento en 2003 a defenderla frente a los miles de detractores que tuvo, casi tantos como seguidores. Su secreto es reducir el consumo de carbohidratos y aumentar grasas y proteínas.South beachEs una de la más recientes y popular. El ex presidente Bill Clinton se declara seguidor de esta dieta creada por el cardiólogo Arthur Agatston. Este régimen se apoya en la teoría de Atkins, pero suavizada. La reducción de hidratos de carbono no es total y, al contrario que Atkins, desaconseja las grasas saturadas.ScardaleEs un régimen de proteínas en el que se permite el consumo de una pequeña cantidad de grasa. Esta cura reductora la desarrolló el cardiólogo estadounidense Hermann Tarnower de Scarsdale en el estado de New York.DisociadaSólo un tipo de alimento en cada comida es lo que impone la dieta disociada que, no obstante, da un día libre para comer lo que se quiera.Weight WatchersPocas calorías. Esta es la base de un régimen de alimentación mixta. Se completa con ayuda psicológica en grupo bajo el control de 'vigilantes de peso'.