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Mercados

Otro curso difícil para el mercado

Los mercados recuperan el pulso tras el parón de agosto e inician un nuevo curso para el que quedaron demasiadas asignaturas pendientes. Ni la economía ni la Bolsa muestran un rumbo claro porque no han terminado de despejarse las dudas del curso anterior sobre el vigor de la recuperación global y, muy en especial, sobre el que llaman factor geopolítico. El petróleo caro, un Irak inestable y nuevos golpes del terrorismo son un lastre para los mercados, que sospechan que el crecimiento económico ya ha pasado por su mejor ritmo y tenderá a frenarse. Así las cosas, por ahora manda la macroeconomía -y la macropolítica, con elecciones en Estados Unidos a la vista- sobre la microeconomía, los números de las empresas, que sin ser espectaculares son mucho más saludables que hace un año.

Los analistas, faltos de referencias, creen que los próximos meses se decidirán en los mercados financieros por tres factores relacionados entre sí: petróleo, desaceleración y tipos de interés. Las subidas del crudo del último año, aunque han cedido en las últimas semanas, ralentizan el crecimiento en Estados Unidos y Europa y han forzado el inicio de una fase alcista en los tipos de interés. De la intensidad y velocidad de las subidas del precio del dinero dependerá mucho de lo que hagan las Bolsas en los meses venideros.

'Los precios del crudo han dejado plantada la semilla del daño en el crecimiento económico', declara Ignacio Chacón, analista de Ibersecurities, del grupo Banco Sabadell. 'Pensamos que hay algo de desconcierto en el mercado y que los temas principales son el crudo, la desaceleración, las elecciones presidenciales y el ciclo de subida de tipos en EE UU', añade. 'Esta desorientación se manifiesta no sólo mediante la lateralidad de las Bolsas, sino también en que se va interpretando la realidad y descontándola al tran-tran'.

Roach: 'En 2003 se tomaron prestadas ganancias futuras. 2005 puede ser un año muy duro'

Las Bolsas se están tomando tiempo para calibrar el efecto del choque petrolero. Los datos contradictorios de este verano sobre la actividad en EE UU y la zona euro han generado división de opiniones entre los expertos. Stephen Roach, el economista jefe de Morgan Stanley, ha advertido esta semana en un informe de que se están frenando dos motores de la economía mundial, ya que a la brusca desaceleración del consumo en EE UU se están sumando las políticas de enfriamiento en China. Este experto sugiere que la economía global estaría resintiéndose del fin de los efectos de los potentes estímulos fiscales y monetarios.

'La extraordinaria política reflacionaria de 2003 consiguió dar un impulso temporal al crecimiento; sin embargo, la recuperación se logró a un coste, ya que en gran medida tomó prestadas ganancias que de otro modo se habrían producido en 2005', declara el influyente economista de Morgan. 'La debilidad económica actual podría no ser sino una pista del precio a pagar que nos espera', advierte. '2005 puede ser un año sorprendentemente duro'.

Otras visiones son más optimistas. El presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet , y su colega norteamericano, Alan Greenspan, han coincidido en señalar que la recuperación económica es sólida a pesar del impacto del crudo. Trichet incluso elevó en dos décimas su previsión de crecimiento para la zona euro, hasta una banda entre el 1,6 y el 2,2%. En EE UU el crecimiento bajó hasta un 2,8% en el segundo semestre, cifra que ha decepcionado pero a muchos parece más sostenible que los rápidos ritmos de meses anteriores. Hay desaceleración, en ningún caso recesión. Y una fase de crecimiento débil y estable no es un mal escenario para los mercados bursátiles. Sobre todo porque contendría el ritmo de subida de los intereses.

Existen muchas otras incertidumbres, entre ellas el resultado de las elecciones presidenciales del 2 de noviembre en Estados Unidos, y en el mercado se habla también del temor a atentados de gran magnitud, al estilo del 11-M en Madrid, con motivo de esa cita electoral. Pero si la Bolsa consigue despegar la vista de estos elementos y dirigirla a los fundamentos de las empresas cotizadas quizás mejore el sentimiento general. Los resultados empresariales del primer semestre se vieron satisfactorios y los del segundo se esperan mejores. El duro saneamiento emprendido en 2001 toca a su fin, los balances y la caja están fuertes. Así lo explica un informe de Renta 4: 'A medida que vayan remitiendo las incertidumbres, las cotizaciones tendrían que seguir ajustándose a sus valoraciones fundamentales, que en la mayoría de los casos se sitúan por encima de los niveles actuales'.

El daño podría estar ya hecho

El precio del barril de petróleo ha sido el gran quebradero de cabeza de los mercados durante el verano. De momento, y tras sobrepasar los 44 dólares el 19 de agosto, ha dado una pequeña tregua. Sin embargo, los expertos creen que se puede tratar sólo de eso, de una tregua, y aguantar por encima de los 40 dólares lo que resta de año.'El actual modelo energético implica para nosotros que precios por encima de los 40 dólares están justificados, particularmente por su falta de flexibilidad', explican los analistas de Barclays. 'El crecimiento de la demanda, que es la clave de los precios, viene acelerándose desde 2002', añaden. La falta de oferta cobra mayor importancia debido a que el invierno se acerca al hemisferio norte y las necesidades energéticas serán mayores.Los más pesimistas señalan que aunque se produzca una caída de los precios, el daño sobre el crecimiento puede ser ya irremediable. 'Sin grandes sofisticaciones se puede considerar que los precios son elevados a partir de los 30 dólares', según Ibersecurities.

Greenspan en año electoral

Los débiles indicadores de Estados Unidos llevaron en agosto al desánimo e incluso hubo analistas que pensaron que la Reserva Federal pondría freno al estrenado sesgo alcista, lo que se habría interpretado como un síntoma inequívoco de desconfianza en la fortaleza de la recuperación. Los temores se revelaron exagerados. Alan Greenspan subió un cuartillo y aseguró que la economía estaba en el camino de reanudar un fuerte ritmo de expansión económica. Aunque se da por hecho que la Fed mantendrá el tono moderado en su política monetaria, la próxima reunión, el día 21, podría romper la norma no escrita de que no suben los tipos en vísperas de elecciones. La mayoría de los analistas consultados por Bloomberg considera que los tipos subirán otro cuartillo en dicha cita, lo que ya está descontado por el mercado. En Europa, el escenario de subidas está aún lejano, según los analistas. El mercado de deuda apuesta por subidas leves a un año vista. Un informe de ABN Amro cree que el BCE no hará movimientos en los próximos 18 meses.

El impacto de la desaceleración inmobiliaria

El curso comienza en España bajo la resaca de datos y estadísticas que anuncian debilidad. La economía española prosiguió en el segundo trimestre con la desaceleración iniciada a principios de año y los datos de Contabilidad Nacional del segundo trimestre, publicados esta semana, marcan un ritmo interanual de crecimiento del PIB del 2,6%, una décima por debajo que el trimestre anterior. Además, el consumo de los hogares comienza a dar muestras de agotamiento en la demanda de servicios, mientras persiste el pesimismo sobre el comportamiento del sector exterior.Peor aún, los síntomas de deterioro de la actividad se trasladan visiblemente al mercado laboral y agosto registró el peor dato de paro en 20 años, sobre todo por culpa de la caída de la actividad en el sector turístico.Septiembre se inicia, así, con mal sabor de boca y pendiente de una negociación presupuestaria que se presenta complicada y que los mercados vigilarán de cerca ante el temor de que se afloje en exceso la disciplina fiscal.Los próximos meses serán también clave para calibrar el impacto de la nueva política de vivienda y para comprobar si se confirman los primeros síntomas de agotamiento de un boom inmobiliario que, aunque en los últimos años ha sido el principal elemento dinamizador de la economía española, ha introducido buenas dosis de vulnerabilidad.Los expertos consideran que el Gobierno tiene que sopesar muy bien las medidas que adopte y jugar al equilibrio de satisfacer la demanda de vivienda de capas de población con escasos recursos, tal y como ha prometido, mientras que ahuyenta al mismo tiempo la posibilidad de una caída brusca de los precios, que tendría innumerables connotaciones negativas para el crecimiento económico.Los mercados confían, también, en ver signos de que las reformas estructurales pendientes no esperarán demasiado. El Ejecutivo tiene en cartera reformas clave como la de inmigración y empleo o el pacto por el suelo y hay casi una veintena prevista de mesas de negociación, como las que estudiarán medidas para fomentar la competitividad y productividad de la economía, así como reformas en mercado de trabajo, formación, negociación colectiva, vivienda, previsión social o política industrial.

Carteras de sesgo conservador con toques cíclicos

Los analistas coinciden en que la renta variable, sobre todo la europea, está más atractiva que los bonos, apoyada por unos buenos resultados empresariales. Sin embargo, y debido a las numerosas incógnitas que se ciernen sobre los mercados, en las carteras recomendadas se impone un sesgo defensivo, con predominio de valores con alta rentabilidad por dividendo, junto a algunas apuestas cíclicas y de crecimiento por aquello de no poner todos los huevos en la misma cesta.Esta composición se puede observar en la lista de los valores del Ibex 35 más recomendados por las casas de análisis durante el último mes. Arcelor es la compañía que mejores notas recibe, seguida de Ferrovial, Telefónica y ACS. Entre los 10 valores más recomendados también se incluyen algunas apuestas de sectores de crecimiento como Sogecable, Amadeus e Indra. Ningún banco aparece entre los preferidos.'La renta variable constituye una clara alternativa de inversión tanto en términos absolutos como relativos frente a la renta fija. No obstante, de cara al corto plazo seríamos prudentes y aprovecharíamos la fortaleza actual del mercado para reducir parcialmente posiciones en niveles próximos a los 8.100-8.200 puntos', señala Renta 4 en su último informe de estrategia.En su cartera modelo española, Renta 4 saca al Santander e introduce al Banco Popular por ser una opción más defensiva. La cartera de Renta 4 se completa con Telefónica, Amadeus, Endesa y Repsol.Por su parte, Safei señala en su informe para el mes de septiembre que espera un comportamiento de la bolsa ligeramente positivo, 'donde podríamos recuperar los niveles alcanzados a comienzos de verano, en base a que los fundamentales continúan apoyando el crecimiento'. Safei rebaja el peso de Telefónica y el del BBVA, incrementa la ponderación de Iberdrola e introduce en su cartera a Gamesa e Iberia.

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