_
_
_
_
Latinoamérica

La industria española pelea por un megacontrato en Chile

Santiago de Chile ha decidido cambiar de arriba abajo su obsoleto sistema de transporte público para evitar que siga perdiendo cuota de mercado. El plan Transantiago pretende establecer un modelo de calidad, con financiación mixta, similar al de las grandes ciudades europeas, para lo cual se necesitan cerca de 700 millones de dólares. Varias empresas españolas se han volcado en las distintas posibilidades de negocio del proyecto, entre ellas Telefónica, Indra, Alsa, Avanza, Ferrovial, Abengoa y Soluziona. Los primeros concursos son inminentes.

El Gobierno chileno ha decidido transformar por completo el sistema de transporte público de Santiago de Chile, obsoleto, completamente desregulado y sin tarifas de referencia, y para ello ha puesto en marcha un ambicioso plan, denominado Transantiago, con el que pretende implantar un modelo multimodal, eficaz y con una tarificación regulada y estandarizada por zonas que permita la modernización continua del servicio, similar al de las grandes ciudades europeas.

La iniciativa, que implica la construcción en paralelo de nuevas infraestructuras, supondrá también la reducción del número de empresas de autobuses mediante un sistema de licencias, la coordinación de los modos de transporte a través de un sistema de gestión común y la modernización de los vehículos y los metros. En total, Transantiago implica una inversión de 700 millones de dólares (580 millones de euros) para explotar un negocio anual de similar volumen.

El objetivo final de una iniciativa en la que el Gobierno chileno trabaja desde hace casi cuatro años es que el transporte público no siga viendo erosionada su cuota de mercado y se mantenga en el entorno del 50%. No en vano, hace diez años el 68% de los santiaguinos utilizaba el sistema de transporte público, por lo que se puede decir que la eficacia y la penetración del mismo ha caído en este periodo de forma paralela al crecimiento de la ciudad. También es cierto que el ejecutivo ha concentrado sus esfuerzos en los últimos años en desarrollar una red de autopistas urbanas, en gran medida explotadas por empresas españolas, lo que ha supuesto un incentivo al uso del vehículo privado.

Dada la envergadura y complejidad del proyecto, las empresas españolas, con fuerte presencia en el país, se han movilizado para intentar hacerse con parte de este potencial negocio. Distintos grupos han presentado su candidatura para suministrar desde sistemas de navegación por satélite para el control de las flotas de autobuses, a sistemas de ticketing, software, autobuses, servicios de gestión y administración o la propia ejecución de la obra civil.

Telefónica, Indra, Alsa, el grupo Avanza (Auto Res), Ferrovial, Soluziona y Abengoa, entre otras, se han calificado para participar en la implantación de este nuevo sistema de movilidad público, que además se financiará de forma mixta, es decir, con aportación pública y con capital privado.

Ahora, el Gobierno ultima las bases para concursar las líneas de autobuses, con las que se pretende incentivar la presencia de los inversores. Así, se garantizarán ingresos a cada operador por parte de una especie de Consorcio de Transportes para facilitar la renovación de los autobuses y la estabilidad de las tarifas. Paralelamente, se iniciará la construcción de nuevas infraestructuras viales. Este mismo semestre se iniciarán las licitaciones de obra, con una inversión que ronda los 258 millones de dólares.

El negocio abarca desde sistemas GPS a la gestión de las líneas de bus

Las cifras

1.800 millones de viajes realizan los santiaguinos cada año en el sistema de transporte público de la ciudad y su entorno.580 millones de euros es la inversión estimada que requiere el nuevo sistema de transporte de Santiago.50% es la cuota de mercado del servicio público, que el plan pretende preservar.

Nueva obra pública. El Estado pagará a plazos casi todas las infraestructuras

La ejecución de la infraestructura vial del plan Transantiago se financiará mediante un sistema mixto público-privado. En total, los nuevos viales que servirán para dinamizar el tráfico de autobuses costarán 258 millones de dólares. De ellos, 187 millones los aportará inicialmente el capital privado mediante concesiones que no involucran pago de peajes. Se trata de un pago diferido de las obras por parte del Estado de Chile, similar al llamado modelo alemán en España. La Administración realizará el abono en cuotas semestrales iguales por un periodo determinado de años.También está previsto duplicar la longitud de la red de metro hasta llegar a 87 kilómetros.

Reconversión. De 230 miniempresas a 20 operadores de autobuses

El sistema de transporte urbano en autobús de Santiago de Chile es una jungla de empresas privadas que ofrecen libremente sus servicios sin regulación tarifaria. La calidad del transporte no es buena y por eso el Gobierno local ha decidido transformar radicalmente el modelo imitando los sistemas mixtos, habituales en Europa. El objetivo del plan Transantiago es que de las 230 empresas que operan ahora en Santiago queden entre 15 o 20 dotadas de una masa crítica suficiente. Es decir, que dispongan de una flota de autobuses de entre 200 y 500 unidades. El conjunto de autobuses en servicio se reducirá y se recortará la longitud promedio de cada una de las líneas, que pasará de 62 a 25 kilómetros.

Más información

Archivado En

_
_