_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¿Socios estratégicos o financieros?

En el momento de abordar acuerdos de cooperación entre empresas, que abarcan desde proyectos conjuntos de I+D hasta fusiones entre compañías internacionales competidoras o que operan en diferentes sectores, las joint ventures y la participación temporal de las sociedades de capital riesgo están consiguiendo gran aceptación. Ambos acuerdos de cooperación representan, en la práctica, una problemática empresarial muy distinta basada en la tipología del socio que se incorpora: estratégico o financiero.

La obtención de capital es una de las principales razones por las que una empresa persigue la incorporación de un socio. Sin embargo, la elección de un socio estratégico es adecuada si está basada en otras necesidades adicionales, como acceso a recursos naturales, fuentes de investigación, o canales de distribución o transferencia de tecnología.

Los acuerdos de colaboración entre socios estratégicos permiten sortear limitaciones de muy distinta índole que serían de difícil solución a nivel individual, como por ejemplo las restricciones de mercado.

No obstante, un acuerdo de cooperación con un socio estratégico conlleva ciertos inconvenientes, la mayoría por las diferencias en la política aplicada en cada empresa. Estas diferencias suelen ponerse de manifiesto sobre todo en producción y marketing, financiero y personal. Ejemplos de ello son las dificultades al integrar diferentes marcas y productos, la dependencia tecnológica entre las empresas, la pérdida de control sobre la tecnología y los productos en general, diferencias en políticas salariales, etcétera.

En general, mientras los costes de este tipo de operaciones son relativamente fáciles de estimar, es difícil calcular con exactitud los beneficios resultantes. Muchos de los beneficios que surgen de un acuerdo de cooperación se alcanzan sólo después de un tiempo considerable.

El factor clave de éxito de los acuerdos de colaboración estratégicos es la afinidad entre las culturas empresariales. Pero el éxito no radica sólo en este factor, sino también en una correcta evaluación de la calidad del socio, de la congruencia de los objetivos, de la complementariedad de los recursos, de la compatibilidad de las actividades, de la complementariedad de los tamaños y de los riesgos derivados de la colaboración.

Si bien la incorporación de un socio financiero en el capital representa una herramienta útil para aquellos empresarios que necesitan fundamentalmente capital y quieren mantener el control de su compañía, también se debe valorar la aportación a nivel estratégico y de gestión por el socio financiero. Especialmente en el caso de empresas familiares, suelen mejorar los mecanismos de información al implantarse sistemas de control de gestión basados en el análisis financiero que permiten seguir su inversión al socio financiero. Generalmente, en empresas no cotizadas, el papel del socio financiero es desempeñado por las sociedades de capital riesgo. Son empresas especializadas en la identificación de oportunidades de inversión en empresas no cotizadas que presentan un elevado potencial de rentabilidad.

Las sociedades de capital riesgo recurren a la desinversión como mecanismo para materializar la rentabilidad de su inversión. Según su filosofía, sus inversiones son de carácter temporal. La estrategia de salida suele establecerse de acuerdo con el empresario, mediante la venta de las participaciones, la entrada de un socio estratégico o, como último recurso, la recompra de su participación.

Existen ciertos casos en los que la entrada de un socio financiero es la opción más adecuada. Es el caso de empresas en expansión que precisen apoyo financiero, o excesivamente endeudadas con un elevado riesgo financiero, o con necesidad de dar salida a un paquete de acciones, y aquellas cuyos accionistas deseen desinvertir, total o parcialmente, para diversificar su patrimonio y riesgo.

Las sociedades de capital riesgo también invierten en empresas junto con directivos que tienen la oportunidad de tomar control o de empresas similares y que necesitan financiación (buy-outs/ins).

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_