EE UU revisa a la baja el PIB del segundo trimestre por la debilidad del consumo
La economía de EE UU creció a un ritmo anual del 2,8% en el segundo trimestre según la última revisión de esta cifra hecha por el departamento de Comercio. Inicialmente se calculó que este porcentaje era del 3%.
El crecimiento es el menor que se registra en un año y aunque la caída no es tan pronunciada como habían previsto los analistas contrasta fuertemente con el 4,5% que se alcanzó en el primer trimestre del año.
Las causas de esta caída radican, sobre todo, en el menor consumo de los ciudadanos, responsable del 70% de la economía estadounidense.
Entre abril y junio el gasto de los consumidores creció a un ritmo anual del 1,6%, el más bajo en tres años, (4,1% en el trimestre anterior).
El alto coste de la gasolina, provocado por el alza de los precios del crudo, disuadió a muchos ciudadanos de afrontar fuertes gastos. Según un informe de Mark Vitner, economista de Wachovia, la inversión en comida y productos energéticos durante este periodo fue el responsable del 80% de los desembolsos de los consumidores, ' el doble de lo normal', lo que forzó 'al recorte en otras áreas como el vestido que ha caído un 5,1%'.
A las cifras negativas hay que añadir el fuerte impacto del déficit comercial que alcanzó los 588.700 millones de dólares y sustrajo un 1,4 puntos porcentuales del crecimiento. En el lado positivo, la inversión fija de las empresas creció un 12,1% y la del gobierno se moderó pasando de un ritmo del 2,5% en el primer trimestre al 2,4% en el segundo.
Los analistas esperan que con estas cifras y las conservadores previsiones hechas por los comerciantes respecto al consumo, la Reserva Federal no siga subiendo tipos. Ayer el presidente de la autoridad monetaria, Alan Greenspan, no dio pistas sobre ello en su discurso en un simposio de la Reserva Federal. Greenspan habló del impacto del envejecimiento de la población en la economía de EE UU, un asunto que se repite en sus discursos.
El presidente de la Fed volvió a advertir que se necesita reformar el sistema sanitario para la tercera edad, retrasar la edad de jubilación (actualmente entre 65 y 67 años) y reducir las expectativas de los futuros pensionistas. Estimó que no se puede corregir el déficit subiendo impuestos a las empresas y que se debe, sobre todo, controlar el gasto.