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CincoSentidos

Vivir todo el año de las rentas del verano

Ha pensado alguna vez en no tener que esperar a los 65 años para jubilarse y poder retirarse antes a vivir de las rentas? Soñar con ello es gratis, pero es una realidad sólo para unos pocos elegidos por la fortuna. No son lo mismo, pero existen fórmulas intermedias que estructuran el calendario a favor de los días ociosos. El verano lo pone a tiro y algunos saben hacer el agosto, exprimirse a fondo estos meses y luego pasar el resto del curso administrando las ganancias.

No es fácil conseguirlo. Depende del tipo de actividad y, como siempre, de la buena estrella que se tenga para los negocios. 'Lo normal, aunque se haga una buena temporada y se saque dinero en estos meses, es que luego se busque otra ocupación para el resto del año. El verano es muy corto y hasta que llega el siguiente hay demasiado tiempo como para estar mano sobre mano', comentan desde la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (Agett).

El caso de los jóvenes es particular. 'Cuando aún se estudia, sí se suele recurrir a los contratos que abarcan desde junio hasta septiembre', prosiguen en Agett. Camareros, profesores de clases particulares o socorristas son algunas de las ocupaciones ligadas al sector servicios que constituyen los trabajos típicos del estío. Según datos de Adecco, entre junio y septiembre de 2003 se incorporaron al mercado de trabajo más de 50.000 personas, una cifra que se espera superar en esta temporada.

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¦bull; FORO: Estos meses son, para muchos españoles, la época de más trabajo. Pero es un esfuerzo que les permite vivir de las rentas el resto del año. §Verano duro, invierno ocioso§.

'En julio y agosto paso dos meses durísimos. En octubre cierro y me dedico a viajar y a navegar'

También hay otros profesionales que apuestan por las ocupaciones temporales, bien porque con ellas ganan suficiente para mantenerse el resto del año o bien porque encuentran en estos contratos estacionales otras ventajas. Es el caso de Christophe Roguet, propietario de Tangana, un pequeño complejo de bungalows, chiringuito y tienda en Tarifa (Cádiz), para quien su proyecto laboral responde a una decisión sobre su propio estilo de vida. 'Este lugar es un paraíso para todo el que practica windsurf y kitesurf, y ese es nuestro perfil de cliente', explica. 'En julio y sobre todo ahora, en agosto, vemos desbordadas nuestras mejores previsiones, son dos meses durísimos en los que los horarios no existen. El sacrificio compensa, el negocio da de sobra para vivir con margen el resto del año, y cuando llega octubre cierras y te dedicas a viajar'.

A viajar para comprar cosas que luego venderá en su tienda la siguiente temporada y también para seguir navegando: 'Para mí en esta vida la prioridad es navegar y por tanto, la elección del sitio que me lo permite; luego ya viene el trabajo, cuando para la mayoría de la gente es siempre lo primero. Creo que para vivir así hay que tener una determinada mentalidad. Aunque parezca mentira quizá no todo el mundo sea capaz', dice Roguet.

Otro perfil laboral que concentra su trabajo en meses de verano es el que ofrece Natalia Sevilla, que lleva 18 años contratada en Segovia como empleada fija discontinua en el Servicio de Incendios de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León. Trabaja como mínimo cuatro meses, en turnos de ocho horas durante tres días tras los que libra dos.

'Las condiciones económicas son buenas, al sueldo se suman los pluses del turno de noche y la parte proporcional de las vacaciones que no se disfrutan, y además cada cuatro años tenemos derecho a cobrar paro; aun así, si se reparte entre los doce meses del año no da la estabilidad monetaria suficiente', explica. 'Más que como un sueldo lo consideramos un extra que entra en casa como ayuda económica y que a la vez me permite hacerme cargo de mis dos hijos durante el curso escolar', añade.

Negocios adaptados a cada estación

Colgar el cartel de cerrado es para ellos el último recurso. Muchos empresarios que no se resignan a reducir su actividad sólo a los meses de calor agudizan el ingenio para dar un giro a sus negocios y aprovechar sus establecimientos con propuestas menos ligadas al buen tiempo.Glace & Coffe, franquicia que se extiende por toda la costa mediterránea, se las arregla echando hielos a sus cafés e infusiones en verano y quitándoselos en invierno. Además, 'en esta época descubrimos parte de los establecimientos, todos con techos plegables, y montamos grandes terrazas para servir los helados. A partir de noviembre, nos transformamos, cerramos las cubiertas y optamos por una decoración de interior, más acorde con las tartas y dulces que pasamos a ofrecer'.Calzedonia, también franquicia pero en este caso textil, ahora llena sus paredes de perchas con bikinis y bañadores, pero a partir de septiembre cuelga sólo medias y calcetines para ayudar a afrontar el invierno.En ambas empresas reconocen que el consumidor gasta más alegremente en los meses de verano.

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