Heineken España cuadruplica beneficios tras digerir la fusión
Heineken da por cerrado el proceso de integración de El Águila y Cruzcampo, que adquirió en 1999. Una vez cumplidas las condiciones impuestas por Competencia, a excepción de la referida a la marca Alcázar, el resultado del ejercicio pasado se disparó hasta 29,3 millones, casi cuatro veces más que los 7,6 millones de 2002.
Los resultados de Heineken España recibieron un fuerte impulso el año pasado, una vez digerida la fusión de El Águila y Cruzcampo. El grupo obtuvo una cifra de negocio neta de 919 millones, un 13% por encima de la de 2002. A la buena marcha del mercado de cerveza el año pasado se unió el hecho de que en 2003 se incorporaron al perímetro de consolidación diversas empresas de distribución, entre ellas Heineken España Distribución, así como Heineken Canarias. Con estos datos 'Heineken consolida su liderazgo en el mercado español, con una participación del 36,5%', señala la compañía en sus cuentas anuales.
El beneficio neto se situó en 29, 33 millones de euros, un 282% más que en 2002. Durante el ejercicio, Heineken España 'completó prácticamente' el proceso de integración, dando cumplimiento a lo que dispuso en su día el Servicio de Defensa de la Competencia para dar luz verde a la fusión. Un portavoz eludió hacer comentarios dadas las restricciones impuestas en la Bolsa holandesa, donde cotiza la matriz.
El organismo estableció, entre otras, la obligación de enajenar el 17% de la capacidad productiva y almacenaje del nuevo grupo y la venta de determinadas marcas. Con este fin, la empresa vendió dos fábricas en Madrid y Valencia y las marcas Estrella del Sur, Skol, Calatrava, Keler, Oro Lujo y Victoria a Damm en 2001. Así 'queda sólo por disponer la marca Alcázar', para lo que cuenta con un plazo superior.
A pesar de estas buenas cifras, 'el resultado final se ha visto condicionado por una importante carga financiera derivada del endeudamiento de la nueva sociedad y la amortización anual del fondo de comercio'. El fondo de comercio resultante tras la fusión ascendió a 639 millones.
La empresa cuenta asimismo con deudas a largo plazo de 524 millones. Como parte de la financiación necesaria para la compra de Cruzcampo, la matriz obtuvo un crédito de un sindicato internacional por 330 millones, del que a 31 de diciembre quedaba pendiente de reembolsar 167 millones. Como segundo tramo del préstamo, la matriz cuenta con una póliza de crédito para cubrir necesidades del negocio, del que se ha dispuesto 395 millones.
Con este acuerdo, la firma se comprometió a limitar el endeudamiento externo, por lo que en caso de necesitar financiación, la obtendría del accionista mayoritario.