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Láctea

Parmalat venderá activos de Clesa dentro del plan de rescate

El nuevo equipo gestor del grupo insolvente italiano ha definido una serie de actuaciones con las que pretende volver a la rentabilidad en 2005, después de años de ingeniería financiera, agujeros contables, balances falsos y deudas sin declarar. La venta de los negocios no rentables, la racionalización de la estructura y el canje de la deuda por acciones son los pilares del plan de salvamento planteado por los actuales responsables y aprobado por el Gobierno italiano.

Las filiales Clesa y la catalana Letona seguirán perteneciendo al grupo, pero no podrán evitar que la reestructuración les salpique. Parmalat pondrá en venta diversos activos de las dos enseñas, con el fin de obtener recursos y contribuir al enderezamiento de las cuentas de la matriz.

La empresa de alimentación ha señalado determinados inmuebles de las sociedades españolas en los que pretende desinvertir. En concreto, la italiana pondrá en venta 'un complejo inmobiliario situado en León, perteneciente a Clesa' así como 'un complejo inmobiliario que Letona tiene en Gerona', según recoge el plan industrial al que el ministerio italiano de Industria ya ha dado luz verde y que el equipo gestor pondrá en marcha entre 2004 y 2006. Ningún responsable de Clesa respondió ayer a la llamada de este diario.

Según consta en el documento, mientras la venta de los activos de las empresas bajo administración extraordinaria tiene que seguir criterios específicos de publicidad, plazos y procedimiento, en las compañías que no están bajo administración extraordinaria, como son Clesa y Letona, 'el comité extraordinario ha informado al ministerio de Industria y al Comité de supervisión para que aporten comentarios'.

Además de los activos en España, la compañía prevé desprenderse de compañías en Latinoamérica, Estados Unidos y algunas de las operaciones europeas. También pondrá en venta solares, fábricas y plantas embotelladoras en Canadá, Rusia, Australia, Nicaragua y Argentina.

No será la única implicación para las filiales españolas. Si bien el grupo prevé que las empresas que permanezcan dentro de la estructura 'seguirán operando como lo hacen hasta ahora' el departamento central de recursos humanos definirá 'la organización que las empresas locales deberán adoptar'. Parmalat prevé que en la filial española serán necesarias 'inversiones en recursos humanos' para 'integrar con éxito operaciones y compañías'.

Las previsiones sobre las filiales españolas son optimistas. Según los datos que maneja la empresa italiana, el negocio en España obtuvo el año pasado ingresos de 228 millones, un 4% menos que en 2002, con un Ebitda de 20 millones. Para este ejercicio, el grupo espera que la compañía en España aumente las ventas un 6%, a 242 millones, con un beneficio bruto de explotación de 22 millones, que elevará a 28,4 millones en 2005. El negocio en España queda valorado en 202 millones, incluida la deuda.

Caja Madrid, SCH y BBVA, acreedores

El plan de reestructuración presentado por Parmalat incluye una lista de los bancos acreedores que tenían saldos pendientes con el grupo Parmalat SPA (que es matriz de Clesa) en la fecha de suspensión de pagos. Entre estas entidades aparecen tres españolas, entre ellas Caja Madrid con un monto de la deuda de 24,972 millones de euros. También el BBVA se incluye en la lista para el convenio de acreedores, con 5,228 millones de euros. Banco Santander es, asimismo, otra entidad enumerada, con una deuda pendiente de 2,969 millones. Esta última comunicó a principios de año una provisión de 87 millones para cubrir totalmente la exposición en la italiana. De ellos, 19,7 millones correspondían a riesgos con la matriz; 37,1 millones a su filial brasileña; 32,2 millones a la filial en Portugal y 6 millones a Clesa.Por otra parte, Parmalat anunció ayer que la lista de bancos a los que demandará por considerar ilegales algunas actuaciones se amplía. Además de Deutsche Bank, Citigroup y UBS, el grupo italiano planea acciones legales contra Bank of America, entidad que reveló que una supuesta cuenta en las Islas Caimán por 4.000 millones de euros era falsa, lo que precipitó la crisis.Audotoría en EspañaPricewaterhouseCoopers emitió en julio un examen sobre el balance del grupo. La firma declaró no ser capaz de emitir una opinión por ciertas 'limitaciones', entre otras, la falta de datos en España ya que no fue posible 'la implicación de PwC en la auditoría'

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