Construir con esencia de yeso
Son arquitectos en la sombra y han participado en la construcción de obras tan relevantes y diferentes como la Torre de Europa en Madrid, el hospital Reina Sofía de Córdoba, el Congreso de los Diputados o el Museo Picasso de Málaga. Estos profesionales son los trabajadores de Uralita en Valdemoro (Madrid), que fabrican desde hace 25 años placas de la marca Pladur en busca de un nuevo material de construcción para interiores, que no requiere ni obra ni cemento.
El trabajo empieza en las cercanas canteras de Seseña (Toledo), donde se realizan voladuras controladas de forma periódica para extraer la materia prima (el mineral del yeso), a partir del que se obtiene el yeso, denominado por Emilio Lorente, director de la fábrica de Valdemoro, como el alma de las placas de Pladur. El mineral de yeso es un sulfato cálcico deshidratado. Ello posibilita que, sometido a altas temperaturas, pasa de tener dos moléculas de agua a media molécula. Es en ese proceso donde adquiere las propiedades adecuadas para constituirse como un material de construcción resistente y funcional.
Un proceso complejo
Los cien camiones que salen y entran por las bocanas de Valdemoro a diario van trayendo y dejando mercancía. En un solo día, la fábrica es capaz de procesar entre 1.500 y 2.000 toneladas de mineral de yeso. Pasan en un primer momento a la zona de almacenaje, en la que ya vienen preseleccionados con una primera molienda, y van pasando por una tolva a la nave contigua, donde empiezan a cambiar su configuración desde mineral hasta polvo de yeso. En primer lugar pasan por un horno, que calcina la materia a una temperatura de entre 100 y 105 grados, y luego por un enfriador, que rebaja la misma hasta 80 grados. El yeso ya está homogeneizado y con las condiciones adecuadas para empezar a fraguarse, una vez mezclado con agua y aditivos, y para formar el corazón de la placa de pladur.
Un servidor central es el que se encarga de mandar las órdenes para poner en marcha la cinta continua, sobre la que va la celulosa que sale de las bobinas. Una manguera va introduciendo entre las dos láminas de celulosa la mezcla de yeso con aditivos y agua, y así discurre sobre la cinta tres minutos y medio, tiempo en el que fragua la mezcla y adquiere cierta consistencia. Luego pasa por la zona de la cizalla, donde se corta en dos hojas y se voltea, quedando la cara crema (más clara, mejor rematada y que será la que quedará mirando al exterior en la obra) más protegida. La placa sigue su curso para entrar en un horno de secado, del que sale lista para ser recibida por los proveedores. Desde que el yeso entra en la cinta hasta que se carga en los palés en forma de placa puede haber pasado una media de 50 minutos.
Estos materiales, descubiertos hace 100 años, fueron introducidos en el mercado español hace 25 años por Pladur, y aunque son conocidos mayoritariamente como un elemento constructivo para hacer estanterías y muebles de obra, la división de yesos de Uralita se encarga de demostrar lo contrario con la sala de exposiciones contigua a la fábrica. 'Para cada caso hay una placa de pladur diferente', dice Lorente, 'muchas veces la gente tiene ideas que no se corresponden con la realidad; los usos más comunes del pladur en el extranjero son para realizar cualquier tipo de aplicación para revestimientos y tejados'. 'Sobre el pladur', asegura, 'se puede realizar cualquier tipo de obra: se pueden poner azulejos por encima, colgar sanitarios al aire, diseñar estructuras curvas o introducir conducciones eléctricas, sanitarias y de fontanería; lo único que hace falta es poner los refuerzos necesarios para sostener determinados pesos y escoger la placa ideal para cada uso'. La construcción básica de un tabique de obra seca es una estructura metálica de acero (con una profundidad de entre 40 y 60 centímetros para instalar conducciones eléctricas, fontanería, gas o teléfono sin necesidad de hacer rozas), con una placa de pladur en cada lado y una plancha de aislante acústico o térmico en el interior.
Además de por grosor (desde 6,5 hasta 19 milímetros), las placas de Uralita se distinguen por su uso. Las hay resistentes al fuego (que incorporan fibra de vidrio en el núcleo del yeso y que son utilizadas en zonas concretas o críticas donde haya riesgo de incendios, como salas de ordenadores o servidores centrales) o resistentes al agua (tratado con celulosas especiales que disminuyen la absorción de la superficie y recomendados para la construcción de tabiques en cuartos de baños o duchas colectivas en hoteles o escuelas). En otros casos, a la placa ya fraguada y fuera de la cadena de producción, se le añaden láminas de vinilo, poliestireno o lanas minerales para que adquiera la utilidad que se le exige. Uno de los usos menos conocidos del pladur está destinado a las salas de cine; la mayoría de ellas están revestidas con dos estructuras metálicas, que llevan atornilladas en cada cara tres placas de pladur. Para aumentar el aislamiento acústico, las estructuras suelen ir separadas o con amortiguadores entre sus distintos puntos de unión.
Formación para instaladores en España y Portugal
Cerca de 1.000 personas pasan al año por las aulas de la Escuela de Formación Pladur, fundada en 1978 en la antigua sede de Torrejón de Ardoz. Los cuatro monitores que la componen se organizan sobre un calendario rotativo: uno de ellos está permanentemente en la escuela y se encarga de impartir los cursos para los instaladores de la zona centro, mientras que los otros tres están rotando para cubrir las peticiones de cursos que llegan de los instaladores y distribuidores de España y Portugal. Además de dar formación básica sobre el pladur y las distintas placas que existen, también se imparten cursos sobre técnicas más específicas, como el tratamiento de juntas entre placas (como el que figura en la imagen, en el que mediante una pasta administrada en varias capas se disimulan las uniones entre placas y da lugar a una pared continua sobre la que se puede pintar de forma uniforme) o estructuras más complejas.A pesar de ello, tan sólo 2.300 profesionales en España disponen del carné de instalador homologado de Pladur, ya que esta acreditación tan sólo se otorga a determinados profesionales que puedan certificar sus conocimiento y experiencia.