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Tribuna
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Traslado de centro de trabajo y derechos laborales

Una de las cuestiones más problemáticas en el mundo empresarial surge con ocasión de los traslados de centros de trabajo que no implican cambio de residencia, ante la eventual obligación de compensar el mayor tiempo invertido y el mayor gasto incurrido en los desplazamientos de los trabajadores al nuevo centro.

En este sentido la doctrina de los tribunales laborales venía entendiendo que para determinar la obligación del empresario de compensar los perjuicios ocasionados a los trabajadores habría que estar a lo pactado en el convenio colectivo aplicable o en los contratos de trabajo individuales.

En ausencia de pacto colectivo o individual, la doctrina judicial no era unánime respecto al establecimiento de posibles compensaciones por el mayor tiempo invertido en el desplazamiento, aunque se advertía una tendencia mayoritaria favorable a su estimación. Así acontecía cuando se acreditaba por los trabajadores que el emplazamiento del nuevo centro de trabajo ocasionaba un perjuicio, consistente en un mayor gasto de transporte o de manutención, o en un mayor tiempo incurrido en el desplazamiento al nuevo centro de trabajo respecto al anterior.

Ante la inseguridad que comportaba que los juzgados estableciesen determinadas compensaciones, en la práctica, cuando los empresarios decidían un traslado de centro de trabajo fuera del término municipal, era frecuente el establecimiento de acuerdos con los representantes de los trabajadores (con medidas compensatorias muy variadas; indemnizaciones a tanto alzado, complementos compensatorios mensuales, puesta de un servicio de transporte por la empresa, o incluso la reducción de la jornada para compensar el mayor tiempo incurrido en los desplazamientos a las nuevas instalaciones).

Pues bien, el panorama ha de sufrir un cambio radical claramente beneficioso para las empresas. En efecto, con fecha 19 de abril de 2004 la Sala de lo Social del Tribunal Supremo ha dictado una sentencia, en unificación de doctrina, precisando que cuando se asiste a un traslado de centro de trabajo que no conlleve para los trabajadores cambio de residencia, la empresa, a salvo de pactos colectivos o individuales, no tiene obligación de satisfacer el mayor tiempo invertido en el desplazamiento como hora de trabajo.

El caso enjuiciado partía de la empresa RISA, que desplazó su sede a 16 kilómetros de su emplazamiento de origen, y a la demanda planteada por 10 trabajadores en solicitud de que se les reconociese el mayor tiempo invertido y la diferencia de kilómetro por día trabajado, pretensión que tuvo éxito, no en primera instancia, pero sí ante el Tribunal Superior de Cataluña, al condenarse a la compañía a que a su elección, en concepto de mayor tiempo invertido, abonase como hora ordinaria de trabajo efectivo, o concediese el tiempo de descanso equivalente en cada jornada o día de trabajo efectivo de los diversos tiempos especificados para cada demandante.

En definitiva, entendemos que desde el mundo empresarial será muy bien acogida la nueva doctrina jurisprudencial desde el momento en que se confirma que ante traslados de centros de centro, sin cambio de residencia, no hay precepto alguno que imponga al empresario la obligación de satisfacer el mayor tiempo invertido en el desplazamiento como hora de trabajo, sin que quepa indemnizar a los trabajadores por eventuales daños y perjuicios, cuando la actuación empresarial está autorizada por la ley y no supone ningún tipo de incumplimiento.

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