Botín abre la veda de fusiones transfronterizas europeas
El Santander Central Hispano (SCH) se ha adelantado a los bancos europeos en su apuesta por la consolidación del sector. Nuevamente el banco presidido por Emilio Botín asume el liderazgo en el sector.
La operación de compra del Abbey National Bank por parte del Santander Central Hispano (SCH) supone un paso adelante en el estilo de gestión y dirección de Emilio Botín. En un momento en el que el sector auguraba aires de consolidación, pero sin llegar a materializarse, el SCH ha roto la veda para la integración bancaria europea. La mejora del ciclo económico, la baja capitalización de las entidades europeas y las operaciones en EE UU y Japón daban la razón a los defensores de que las fusiones europeas. Junto a esto, los cambios en los requisitos de solvencia derivados de la nueva normativa de Basilea II, que supondrán liberar capital en determinados negocios, han avivado el debate sobre la necesidad de fusiones en Europa. Ahora el SCH ha abierto el saco. Botín ya había dejado claro en varias ocasiones que su entidad no protagonizaría fusiones entre iguales y que estas no aportarían nada a los accionistras, ya que 'si las compras son difíciles en un mismo país, no digamos en dos', señaló recientemente. Lo que sí ha dejado claro es que las compras puntuales quedaban al alcance del SCH.
Y el sector no tenía claro si los movimientos vendrían por los bancos alemanes o los italianos, lo que sí estaba claro es que los españoles, británicos y suizos se encontrarían entre los compradores.
El liderazgo del banco cántabro se ha forjado en base a un modelo en el que ha primado la apuesta por romper moldes. En los 90, la entidad inició lo que serían los patrones de las nuevas guerras bancarias: el recorte de tipos en la novedosa supercuenta y la batalla abierta con los 'libretones'. Lideró la segunda oleada de fusiones a finales de la década y consolidó a la entidad trás el desembarco latinoamericano.