A vueltas con la financiación de la Iglesia
La financiación de la Iglesia católica en España es un asunto recurrente que aparece cada cierto tiempo, muchas veces tras una polémica en la que se ha visto envuelta la propia Iglesia. En esta ocasión la controversia ha venido de la mano de los matrimonios entre homosexuales y ha sido suscitada por el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera. El ministro de Trabajo advirtió ayer a la Iglesia española, en unas declaraciones a la cadena SER, que las aportaciones económicas del Estado 'tendrán que acabar algún día, buscándose una autofinanciación' a través de las aportaciones voluntarias de los feligreses. Caldera hizo esta advertencia tras referirse a las últimas manifestaciones realizadas por la Conferencia Episcopal en contra de la regulación de los matrimonios homosexuales. Entienden los obispos que las uniones homosexuales serían un error y una injusticia de muy negativas consecuencias para el bien común y el futuro de la sociedad y apelan a la ética de los diputados para que voten en conciencia.
Caldera recordó que la Iglesia católica en España tiene 'un trato preferente, no de favor' con respecto a otras religiones y esta circunstancia tiene que ser revisada. Por ello, señaló que la Iglesia 'debe esforzarse' para que su financiación derive de la aportación de sus fieles porque, a su juicio, esta situación 'no es normal', ya que 'establece unas reglas preferentes que suponen una desigualdad con otras religiones'.