El sastre llega al mundo del colchón
Si está usted harto de que su pareja hunda sistemáticamente la mitad del colchón y convierta sus noches en una lucha constante, quizá sea un buen candidato para disfrutar de un colchón a medida.
Ya se trate de parejas con diferencias de peso evidentes o de personas que quieren invertir en el descanso nocturno, Pikolín ha lanzado al mercado un colchón hecho a medida de las características anatómicas de cada usuario. 'El hombre y la mujer, por ejemplo, tienen estructuras anatómicas distintas. Es imposible que un solo colchón represente ambos perfiles', explica Carlos Tello, director general de Ceadesa, una de las empresas de Grupo Pikolín.
Winx Uniq, de Lattoflex, es un colchón diseñado en función de las características de cada persona. Así, además de tener en cuenta el sexo del comprador, cada una de las tiendas en que se distribuye cuenta con un sistema para medir el peso, la altura, la anchura de hombros, cintura y caderas. Estos datos se procesan en un sistema informático que calcula las medidas y la firmeza del colchón.
El programa procesa también datos como si el usuario precisa de una zona de refuerzo en el talón (necesaria para las personas que duermen de cúbito supino) o las caderas, esto último especialmente para las mujeres.
El precio depende de las características finales del producto. Un colchón individual de 200x90 cm, por ejemplo, puede costar 800 euros. A ello hay que añadir el somier Winx de apoyo por puntos que la compañía recomienda junto al colchón.
10 años
Pese a que las estadísticas revelan la poca frecuencia con que los españoles cambian de colchón, los especialistas recomiendan renovar el soporte de descanso cada diez años. 'El colchón se mantiene en perfectas condiciones durante una década. Es con diferencia el producto que las personas usan más a lo largo de su vida', explica Carlos Tello. Ahora mismo, señala, la vida media que los españoles dan a sus colchones está en torno a los 15 años.