La UE rechaza el barco anticontaminación
España intentó ayer en vano convencer a sus socios comunitarios de la necesidad que tiene la UE de contar con un barco anticontaminación. Como parecía inevitable, la propuesta sólo gozó de los apoyos de Francia y Portugal, países también con larga costa y afectados recientemente por los vertidos de los petroleros Prestige y Erika. El resto de países declinaron, durante el Consejo de Ministros de Economía celebrado ayer en Bruselas para debatir el Presupuesto de la UE de 2004, la invitación española para compartir los gastos del barco. La Comisión, cuya cartera de Transportes ocupa Loyola de Palacio, también había recomendado que Europa se dotase de una flotilla de barcos para casos de emergencia. Tampoco prosperó en estos tiempos de contención del gasto comunitario.
El Consejo estaba más bien embarcado ayer en la tarea de recortar 4.347 millones de euros las propuestas de gasto presentadas por la Comisión para el próximo ejercicio. Al final, el borrador de presupuesto prevé un incremento de los pagos de sólo el 5,4% (105.000 millones de euros), a pesar de que la UE cuenta este año con 10 nuevos socios. El recorte, según el secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, beneficia a España, país que 'afortunada o desgraciadamente' cada vez tiene que aportar más al presupuesto. La creciente riqueza, sin embargo, no parece todavía suficiente como para adquirir en solitario un barco anticontaminación.