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Motor

La planta de Suzuki en Gijón despeja su futuro tras el sí de la plantilla al nuevo convenio

Los trabajadores de la fábrica gijonesa de motocicletas Suzuki han puesto el punto final a la crisis más aguda de la historia de la filial con la aprobación del nuevo convenio colectivo de la empresa. Para ello, han sido necesarios 19 meses de conflicto, una huelga de cuatro meses y 60 reuniones entre comité de empresa y dirección.

El principal escollo de la negociación se salvó con la renuncia de la plantilla a los derechos salariales por la antigüedad que se genere a partir del próximo 31 de diciembre. El alza salarial queda fijada en un 4% para 2003 y en el 2,6% en 2004.

El director general de la compañía, Juan Carlos de Andrés, se felicitó ayer por el acuerdo, si bien advirtió que con el nuevo convenio apenas 'se han sentado las bases' para 'mantener el futuro de la compañía'. De Andrés aseguró que la huelga ha comprometido el 'futuro' y ha provocado una 'pérdida de credibilidad' ante la matriz. Suzuki llegó a estudiar la posibilidad de trasladar la línea de recambios a su planta en Ciudad Real. 'Pero ahora hay que trabajar por atraer nuevos modelos e inversiones'.

El directivo, además, rechazó hacer previsiones sobre la empresa debido a la 'etapa complicada' que está sufriendo el sector, por lo que 'no puede garantizar nada', aseguró. 'Se está sufriendo mucho', declaró. 'Al menos, nosotros ponemos las medidas que están en nuestra mano'. De Andrés se quejó, sobre todo, de los planes de subir la edad mínima de 14 a 16 años para obtener el carné de ciclomotores.

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