El interés por el biodiésel comienza a despuntar en España
Biodegradable, menos contaminante, mismo rendimiento e igual precio. Todo son ventajas cuando se habla del biodiésel. Este combustible se obtiene de materias primas renovables como aceites vegetales o frituras. Como sustitutivo o complemento del gasóleo normal, supone uno de los medios para reducir las emisiones de CO2 y cumplir con las cuotas asignadas en el Protocolo de Kioto. Países como Alemania, Austria o Francia ya lo utilizan habitualmente. En España representa un 0,6% de la energía consumida.
'La aceptación ha sido fantástica, la demanda supera la oferta', comenta Jordi Vaquer, director técnico de Biodiésel Peninsular (BDP). Su empresa abrió en Montmeló (Barcelona), en 2002, la primera de las tres plantas industriales de biodiésel que existen en España. Actualmente, más de 20 gasolineras catalanas dispensan el combustible que elabora BDP a partir de aceite reciclado.
Consciente de las posibilidades que plantea este negocio, la compañía Biocombustibles Vascos (BV) ha empezado los trámites para construir una planta que producirá 60.000 toneladas de biocarburante al año, a partir de aceite de girasol, en Arahal (Sevilla). La semana pasada, BV fundó junto a la Fundación Caja Rural del Sur y cooperativas agrícolas locales Biocombustibles Andaluces. El proyecto requerirá una inversión de 27 millones de euros.
Países como Alemania, Austria o Francia ya lo utilizan habitualmente. En España representa un 0,6% de la energía consumida
'Una de las principales ventajas del biodiésel es su incidencia en el medio ambiente. No tiene azufre, el equilibrio de CO2 es neutro no añade dióxido de carbono al entorno y la expulsión de otras partículas es un 35% o 40% menor', explica Cándido Iriarte, consejero de inversiones de BV. Además de no contribuir al efecto invernadero, este biocarburante es biodegradable. Esto implica que, 'si hubiese un desastre en su transporte, el combustible vertido desaparecería en 21 días de forma natural', indica Jordi Vaquer.
Pero el medio ambiente no es el único que sale ganando. Los coches resultan también beneficiados por el uso de biodiésel. Además de tener el mismo precio que el gasóleo, su rendimiento es prácticamente el mismo. Por otra parte, 'los aceites vegetales son algo más disolventes que el gasóleo y, al aportar más lubricidad, favorecen la conservación del motor', señala Vaquer. Para evitar que las piezas de caucho (juntas, manguitos...) de los vehículos de más de cinco años se desgasten prematuramente, el biodiésel suele mezclarse con el gasóleo normal en proporciones inferiores al 30%. Desde hace más de un lustro, los fabricantes de coches realizan estas partes, susceptibles de deteriorarse por el uso de este combustible, en plástico.
Otra de las ventajas que plantea el biocarburante reside en su fabricación. El biodiésel no genera ningún tipo de residuo. En su lugar, produce subproductos comercializables. La glicerina puede ser aprovechada para elaborar productos cosméticos, mientras los esteroles tienen aplicaciones farmacéuticas.
Una directiva comunitaria prevé que, en 2020, un 20% de la energía que se consuma en la UE provenga de fuentes renovables. El biodiésel puede aportar su granito de arena.