Duelo de benjamines
De forma casi simultánea, BMW y Mercedes lanzan sus nuevos benjamines, que estarán a la venta tras el verano. Las dos marcas alemanas presentan sus nuevos modelos de acceso, muy esperados: los Serie 1 y Clase A, respectivamente.
El nuevo Mercedes Clase A es un vehículo más ambicioso que el actual. Y lo es por tres motivos: carrocerías de 3 y 5 puertas -hasta ahora sólo de cinco-, motores y tamaño. Sobre el último, el Clase A mide 3,84 metros de largo, o lo que es igual, 23 centímetros más que hasta la fecha. También experimenta un incremento de cinco centímetros de anchura, que asciende a 1,77 metros. Así, y con el consiguiente aumento de batalla, la habitabilidad es superior. También el maletero gana capacidad.
Sin embargo, la carrocería alargada del actual Clase A no tendrá relevo en la inminente generación, pero a cambio habrá una versión de tres puertas que muchos usuarios han reclamado. Esta variante persigue captar una clientela más joven. Eso sí, su proverbial versatilidad no cederá enteros, pues se anuncian plazas traseras independientes, móviles, abatibles e incluso extraíbles.
La Clase A crece para ganar habitabilidad. La Serie 1 destaca en la conducción
Desde una perspectiva estética, mantiene una imagen entroncada con el actual, pero con rasgos más dinámicos. Así, la línea que determina la base de las ventanillas es muy acusada y descendente, mientras que las ruedas montan llantas de grandes dimensiones -las vías son más anchas-, lo que reduce al mínimo las aletas anteriores y acentúa un aspecto musculoso.
No habrá sorpresas en ámbitos como la calidad o el equipamiento, que en todas las versiones contempla aire acondicionado o climatizador y volante deportivo con mandos integrados. Por otra parte, la seguridad ha sido muy vigilada, de modo que al eficaz concepto sandwich -inserta el motor en un nivel inferior, para que en una colisión se deslice bajo el piso salvaguardando al pasaje- suma ESP, ABS con distribuidor y servofreno BAS, doble airbag frontal y delanteros laterales para la protección de cabeza y tórax, todo de serie.
La gama mecánica, siempre de cuatro cilindros, ha sido revisada en profundidad. En consecuencia, los propulsores de gasolina quedan configurados por el cuarteto A150 de 95 CV, A170 de 115 CV, A200 de 136 CV y, sobre todo, un inédito A200T sobrealimentado, que ofrece 193 CV.
Más interesante, sin embargo, promete ser la gama de gasóleo CDI. Alimentados por common rail y turbo, desplazan dos litros y se ofrecen en configuraciones de 82, 109 y 140 CV. Sus credenciales: buenas prestaciones y un ajustadísimo gasto. Un dato más: la Clase A podrá equiparse con una moderna transmisión automática por variador continuo de nueva generación, que disfrutará de una triple modalidad de uso.
Por su parte, BMW lanza su nueva Serie 1, un compacto de tracción trasera y motor longitudinal. Su reparto de pesos entre ejes es perfecto (50/50), mientras que la tracción trasera ofrece una respuesta divertida, y su chasis una efectividad intachable.
De hecho, estrena suspensión delantera que, junto a su eje trasero de múltiples brazos, consigue un excelente guiado, lo que transmite mucha confianza al volante, sobre todo circulando rápido. Sin duda, es todo un referente en este capítulo.
Por otra parte, la gama mecánica suma cuatro opciones: dos de gasolina -116i, con 115 CV, y 120i, de 150- y dos diésel -118d, de 122 CV, y 120d, con 163-. Las de gasóleo montan inyección directa common rail II, turbo variable e intercooler. Su respuesta es soberbia, sobre todo en el caso del 120d, hoy por hoy la opción más recomendable de la gama, que cuesta lo mismo que el gasolina 120.
Por desgracia, la habitabilidad no es su punto fuerte, sobre todo en las plazas traseras, muy justas y con puertas pequeñas. Los pasos de rueda invaden los laterales, las piernas rozan con el respaldo si el conductor supera los 1,80 metros y el túnel central es demasiado voluminoso. El maletero, de 330 litros, queda por detrás de la competencia.
Eso sí, sin peros al equipamiento de serie, pues incluye climatizador, audio CD, antinieblas, arranque sin llave, seis airbag neumáticos o runflat antipinchazo con detector de presión. Los precios oscilan entre 23.300 y 28.600 euros, en el caso de los gasolina, y entre 25.400 y 28.600 euros los diésel.