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Ibex 35
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La Bolsa se estanca entre los 8.000 y los 8.100 puntos

El Ibex perdió los 8.000 por un corto espacio de tiempo y, tras marcar mínimo en 7.993 puntos, recuperó la cota técnica que ha servido de soporte en este arranque de verano. La falta de estímulos ahora que las subidas de tipos han dejado de ser una previsión es sangrante.

La sesión de ayer registró el que fue el momento bursátil más interesante de toda la semana. El Ibex perdió los 8.000 por un corto espacio de tiempo y, tras marcar mínimo en 7.993 puntos, recuperó la cota técnica que ha servido de soporte en este arranque de verano. La falta de estímulos ahora que las subidas de tipos han dejado de ser una previsión es sangrante. En la semana, el Ibex ha marcado una revalorización del 0,16% y no se ha movido más de 100 puntos entre el máximo intradía -registrado el miércoles- y el mínimo intradía de ayer.

La acogida al inicio de la temporada de resultados empresariales en Estados Unidos no ha podido ser, pues, más frío. Tanto en el plano de las cotizaciones como en el de la atención del mercado que, aparentemente, ha anticipado las vacaciones.

Hasta la temporada de dividendos, que a través de los llamativos lavados de cupón, ha mantenido entretenido al bolsista curioso, empezará a decaer en las próximas semanas. De igual modo, el mercado apenas ha cotizado el esperado plan gubernamental sobre el protocolo de Kioto. Salvo la caída sufrida en la sesión de ayer por Endesa -que, de paso, provocó que la Bolsa española registrase el peor comportamiento de Europa-, no han registrado mayores alteraciones debido a esta causa.

De forma paralela, el precio del petróleo y la inestabilidad geopolítica se mantienen como las principales incertidumbres a corto plazo, más allá de un eventual susto en los resultados empresariales. Si bien las alertas terroristas en Estados Unidos tienen un impacto bursátil inversamente proporcional al de su reiteración -lleva el camino de convertirse en el cuento del lobo y las ovejas-, el mercado sí anda preocupado por el regreso del precio del petróleo a la zona de los 37 dólares. Tras el calentamiento de precios de hace poco más de un mes, la tesis oficial era una estabilización por debajo de los 34.

Fortalecimiento del euro

Al contrario de lo que dicen los libros de macroeconomía, la subida de tipos en Estados Unidos ha provocado una depreciación de la moneda. Las aguas en los mercados financieros, si bien no bajan turbulentas -la apatía bursátil es desesperante- sí son un tanto turbias, en la medida en que no se sabe qué llevan. A pesar de que se han elevado los tipos de interés por primera vez en cuatro años, la economía, a juzgar por los comentarios de los expertos, va peor de lo que esperaban, o no tan bien como se habían pensado. O, simplemente, se aplican a eso de comprar con el rumor y vender con la noticia. El caso es que el euro se acerca a la cota de los 1,25 dólares, la misma que hace cuatro meses preocupaba, y mucho a los europeos. Ahora no obstante, el mercado se ha vuelto bastante más tolerante con las divisas. Posiblemente fuese verdad aquello de que lo malo no es la depreciación o apreciación, sino su ritmo.

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