Bruselas reabre la batalla presupuestaria y plantea retirar el 'cheque británico'
Bruselas reabrirá la próxima semana la batalla presupuestaria, presentando los primeros borradores de reglamento para desarrollar los futuros presupuestos del período 2007-2014. El llamado 'cheque británico', la compensación que Reino Unido recibe desde hace 20 años para que su aportación a la UE no sea tan elevada, se encuentra en el ojo del huracán de esta primera refriega. La Comisión Europea planteará el miércoles la sustitución de ese privilegio exclusivo (que reporta al Tesoro Británico unos 5.000 millones de euros al año) por un 'cheque' en blanco para todos los países cuya aportación supere un determinado porcentaje de su renta nacional bruta.
El Gobierno de José María Aznar había rechazado tajantemente este cambio, pero el de José Luis Rodríguez Zapatero parece haber flexibilizado esta posición.
Londres, por su parte, ya ha dejado saber que considera 'innegociable' las compensaciones que arrancó en 1984 la entonces primera ministra, Margaret Thatcher. Pero fuentes comunitarias consideran 'insostenible' el actual sistema por dos razones: el Reino Unido es, en 2003, proporcionalmente mucho más rico que cuando se negoció el cheque (la renta, en términos de paridad de poder adquisitivo, ha pasado del 90,6% de la media comunitaria al 111,2%, incluso sin contar los 10 nuevos socios); y, tras la ampliación de la UE, parte de la compensación tendrían que financiarla también los socios más pobres de Europa central y del Este.
Los documentos que la comisaria de Presupuestos, Michaele Schreyer, presentará el próximo miércoles calculan que, sin modificar el régimen actual, la aportación británica al presupuesto comunitario será sólo del 0,25% de su renta nacional bruta. Holanda, Alemania y Suecia aportarían más del doble, e incluso la isla de Chipre superaría al Reino Unido. Con la corrección generalizada que propone Schreyer, el Reino Unido pasará a tener el saldo negativo más alto de la UE (diferencia entre lo que aporta cada país y lo que recibe a través de la caja comunitaria).
La propuesta baraja la posibilidad de que todos los países que aporten más del 0,35% de su renta tengan derecho a una devolución que, en ningún caso, supere los 7.500 millones de euros.