Los fondos éticos no enganchan al partícipe
El partícipe de fondos español ha sido, tradicionalmente, poco proclive a la inversión socialmente responsable, aquella que elige los activos que conforman su cartera en función de unos criterios éticos, sociales o medioambientales. En España existe una decena de fondos de inversión que aplican estos criterios en su gestión.
Desde el año 2000, la evolución de estos fondos ha sido negativa, según los datos recopilados por el Observatorio de la inversión socialmente responsable en España, un estudio del Instituto Persona, Empresa y Sociedad (IPES), perteneciente a Esade.
El patrimonio de estos fondos ha ido disminuyendo hasta que el año pasado se produjo un repunte por primera vez en cuatro años. El volumen gestionado por los fondos socialmente responsables pasó de 62,6 millones de euros en 2002 a 845,9 millones a finales de 2003. El motivo principal es la utilización de criterios de responsabilidad social por parte del fondo Extra 5 II Garantizado de BBVA, uno de los productos garantizados que el año pasado realizaron captaciones masivas de dinero entre los pequeños partícipes.
'La comercialización de este fondo no ha respondido tanto a criterios de responsabilidad social como a financieros', explica Josep María Lozano, director del IPES y responsable del observatorio.
Si se excluye la incorporación del garantizado del BBVA, esta familia de fondos registró un crecimiento patrimonial el año pasado del 33%, que obedece más a la apreciación de las carteras, gracias al tirón de los mercados de valores, que a la entrada de dinero nuevo de manos de los partícipes. No en vano, el número de partícipes registró un descenso del 39% el año pasado con respecto a 2002. El año pasado, además, cerraron sus puertas cuatro fondos socialmente responsables.
'El discurso de la responsabilidad social en la empresa ha aumentado, pero la inversión en España sigue estancada', afirma Lozano.
El problema de los fondos socialmente responsables españoles es su estructura. Muchos de ellos son fondos mixtos de renta fija o variable, cuyas rentabilidades y atractivo han sido muy bajos en los últimos años. La inversión responsable no deja de ser una inversión que trata de obtener rentabilidad para el partícipe y los fondos mixtos han sido los que en mayor medida han sufrido reembolsos por parte de los inversores en los últimos años.
Según explicó ayer Lozano, durante la presentación de la cuarta edición del observatorio, los inversores institucionales españoles, principalmente planes de pensiones y seguros, sí están comenzado a mostrar interés por estas inversiones. La tendencia, incipiente en España, está muy desarrollada en otros países como EE UU donde fondos de pensiones como Calpers son activistas de la inversión responsable, hasta el punto de participar en las juntas de las empresas en que invierten para influir en sus políticas sociales.
'En Europa el activismo accionarial está creciendo', reconoce Lozano. En España, el próximo reglamento del sector podría obligar a los fondos a asistir a las juntas de las empresas en que invierten, siempre que tengan vocación de permanencia en el accionariado.
Crece, pues, el activismo de los inversores institucionales, pero falta interés por parte de los partícipes. 'Es necesario que las entidades expliquen bien en qué consiste la inversión socialmente responsable. Hay que acabar con la idea de que estos fondos rinden menos que el resto', apunta Josep María Lozano.
La inversión ética atrae cada vez más a los fondos institucionales