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36º Congreso

Zapatero coloca en la dirección del PSOE a seis de sus ministros

José Luis Rodríguez Zapatero clausuró ayer el 36º Congreso del PSOE que le reeligió como secretario general por abrumadora mayoría lanzando un mensaje de sosiego a los empresarios -'estamos cerca y vamos a trabajar con ellos para crear empleo', dijo- e introduciendo una amplia renovación en los órganos de dirección del partido que deja a tres ministros con presencia en la comisión ejecutiva y a otros tres en el comité federal.

Sentados en lugar destacado como invitados distinguidos a la sesión de clausura, los secretarios generales de UGT, Cándido Méndez, Comisiones Obreras, José María Fidalgo, y CEOE, Juan Jiménez Aguilar, fueron los primeros destinatarios del discurso del presidente del Gobierno. Zapatero convocó a los tres a 'un diálogo social fructífero', recordó que el PSOE 'es el partido de los trabajadores', pero acentuó el significado de la presencia del representante de los empresarios en el acto pues, 'aunque pueda causar extrañeza', dijo, es la demostración 'del cambio histórico que se ha producido'. 'Estamos cerca de los empresarios', añadió, 'queremos apoyarles y vamos a trabajar con todos ellos para crear empleo'.

El principal encargado de encarar esta tarea será el titular de Trabajo, Jesús Caldera, uno de los tres ministros a los que Zapatero ha colocado en la comisión ejecutiva federal del PSOE, en compañía de los titulares de Justicia e Industria, Juan Fernando López Aguilar y José Montilla, respectivamente. Caldera se quedó el pasado mes de abril sin la Vicepresidencia primera del Gobierno, a la que aspiraba, y ahora ha sido compensado políticamente por ello. López Aguilar, miembro fundador de la corriente tercera vía que aupó a Zapatero al liderazgo del PSOE, es el único representante canario en la nueva dirección federal, formada por 31 miembros. Y Montilla ha sido introducido con calzador en la ejecutiva gracias al pulso librado con éxito por los socialistas catalanes, que han puesto en valor su aportación a los tres éxitos electorales cosechados por Zapatero desde que en julio de 2000 se hizo con la secretaría general del partido. 'La presencia de ministros en la nueva dirección garantiza más coordinación con las tareas de Gobierno', mantuvo ayer Caldera.

Mayor peso de Andalucía y Cataluña

En el Comité Federal, el máximo órgano entre congresos, Zapatero ha dejado también un hueco para otros tres miembros de su Gabinete: el ministro de Defensa, José Bono; el titular de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla y la responsable de Medio Ambiente, Cristina Narbona. Los dos vicepresidentes del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega y Pedro Solbes, seguirán sin formar parte de los órganos de dirección del partido, que se asientan sobre dos pilares básicos: el presidente, Manuel Chaves, que ha hecho valer la importancia de la federación andaluza con la presencia de siete representantes en la ejecutiva federal, y el secretario de Organización y Coordinación, José Blanco, que sólo ha visto satisfecha a medias su aspiración a pilotar una dirección sin presencia de secretarios regionales. En ella se sentarán el primer secretario del PSC, el ministro José Montilla, y el secretario general de los socialistas extremeños, Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Salen de la cúpula del partido Francesc Antich (Baleares); José María Barreda (Castilla-La Mancha); Marcelino Iglesias (Aragón) y Emilio Pérez Touriño (Galicia), aunque todos ellos encontrarán acomodo en el Consejo Territorial, el órgano en el que se debatirá cada dos meses la política autonómica del PSOE bajo la presidencia del responsable del Partido Socialista de Euskadi, Patxi López, otro de los aspirantes frustrados a la nueva ejecutiva federal.

El peso de Andalucía y Cataluña en los nuevos órganos de dirección del partido elegidos ayer con el respaldo de casi el 98% de los delegados asistentes al congreso, supone un obligado referente para Zapatero a la hora de articular su política de gobierno, pero apenas ha incidido en el debate ideológico, casi inexistente, salvo a la hora de reflejar un alto grado de ambigüedad en la definición del nuevo modelo territorial que el PSOE ya abordó con parecidos condicionantes que ahora en la reunión celebrada en Santillana del Mar el año pasado.

El mismo diagnóstico vale para la política económica. El dictamen aprobado por el congreso deja un amplísimo margen de maniobra a Pedro Solbes y a su equipo para articular sus medidas de gobierno, aunque recuerda que 'el objetivo del proyecto político para los próximos años consiste, fundamentalmente, en cumplir el programa electoral' con el que el partido concurrió a los comicios de marzo.

Zapatero expresó ayer su esperanza de que el trigésimo sexto congreso del PSOE sea recordado dentro de dos décadas como el cónclave que marcó las pautas para hacer de la economía española 'una de las más fuertes del mundo y con más trabajo estable'. Para ello, el presidente pidió 'innovación y creatividad', porque 'una victoria electoral no es para siempre'. En su proyecto, abundó, 'no cabe ni la indolencia ni la autosatisfacción'.

Inmaculada Rodríguez, la nueva cara económica

Tiene 45 años y ha desarrollado el grueso de su carrera profesional como economista en la comunidad valenciana, buena parte de ella al lado del actual presidente del Instituto de Crédito Oficial, Aurelio Martínez. Inmaculada Rodríguez-Piñero es desde ayer la nueva responsable de política económica del PSOE, en sustitución del ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, que pasa a formar parte del Comité Federal, el máximo órgano entre congresos del PSOE.Desde 1996, Inmaculada Rodríguez trabaja en la Dirección General del Catastro del Ministerio de Hacienda.

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