Cambios en el mapa de valores
Las sociedades avanzadas han entrado en la era de la posmodernización, el concepto con el que el profesor Ronald Inglehart, catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Michigan, describe el cambio cultural que están viviendo los países más desarrollados. Consiste en la transición desde los valores materialistas, que ponen el énfasis en la seguridad física y económica, hacia los valores posmaterialistas, que acentúan la libertad de elección y la expresión del individuo.
'La prosperidad y seguridad económica y personal alcanzada en los países occidentales ha llevado a buscar la satisfacción de otras necesidades no materialistas, como las relativas a la estima, la expresión individual o la tolerancia', asegura el profesor Inglehart, uno de los autores de la Encuesta Mundial de Valores 1999-2002, un auténtico banco de datos sobre los sistemas de valores y creencias de las sociedades de más de 80 países del mundo.
El mapa cultural y de valores que dibuja esta encuesta concluye que cuanto más avanzado es un país, más dispuestos están sus ciudadanos a criticar a las instituciones, a castigar a los gobiernos, a enfrentarse a las élites del poder, a ser tolerante con las actitudes sexuales de los demás y a actuar con libertad en todas las facetas de la vida. Suecia es el prototipo de país avanzado según este particular mapa, que sitúa a España justo en el centro.
El propósito de esta encuesta mundial es, precisamente, analizar lo que los sociólogos llaman factores invisibles, algo así como lo que hay en el corazón y en la cabeza de las personas ante materias como la religión, la política, la familia, el sexo, el rol de la mujer o el desarrollo tecnológico. Conceptos que no recogen las estadísticas económicas y sin los cuales es difícil tener una fotografía completa de las sociedades.
Sin embargo, los autores de la obra concluyen que los países son culturalmente mucho más predecibles de lo que parece y el desarrollo económico parece empujarlos hacia una misma dirección, al margen su herencia cultural. Así que conocer el PIB per cápita de un país acaba siendo una herramienta de mucha utilidad para conocer su sistema de valores y actitudes subjetivas. En general, las sociedades tradicionales tienen altos niveles de orgullo nacional, favorecen el respeto por la autoridad, valoran mucho a la familia y rechazan el divorcio, el aborto, la eutanasia y el suicidio. Al ser sociedades caracterizadas todavía por valores de supervivencia tienden a destacar la seguridad física y económica por encima de todo y se sienten amenazadas por los cambios culturales. Cuanto más avanzada económicamente es una sociedad más lejos está, en general, de estos valores.
Materias clave. Las diferencias por países
DemocraciaPara el 88% de los ciudadanos la democracia es la mejor forma de gobierno, más allá de los problemas que pueda tener. En los 81 países encuestados, salvo Nigeria, es el sistema mejor valorado, aunque una parte significativa de los ciudadanos percibe, aunque con diferencias según países, fallos de funcionamiento.Roles sexualesEn Egipto el 90% de la población de la muestra opina que los hombres tienen más derecho a trabajar que las mujeres. En Suecia sólo un 2%. Son los dos casos extremos del papel asignado a las mujeres por las distintas sociedades. El desarrollo económico también conduce a un mayor respaldo a la igualdad de géneros.ReligiónLa mayoría de los ciudadanos del mundo islámico, Latinoamérica y África subsahariana encuentran en la religión fortaleza y consuelo, en el resto el papel de la religión es más limitado. Pero la Iglesia es la institución que mayor confianza suscita. El 64% tiene mucha confianza en ella. En España, menos del 50%.ExcepcionesPese a la correspondencia entre desarrollo económico y sistema de valores no todo es determinismo económico. EE UU es un caso excepcional, con un sistema de valores mucho más tradicional que cualquier otra sociedad industrial avanzada. Sus niveles de religiosidad y orgullo nacional son comparables a los de países en desarrollo.EspañaSe sitúa en el centro en casi todo. Es más tradicional que el norte de Europa, pero más moderna que algunos países del sur de Europa y desde luego, que Latinoamérica. Avanza muy rápidamente hacia los valores de los que Suecia sería prototipo cultural y es uno de los países en donde mayor es el salto generacional.