Anticiparse al impuesto
En general, los contribuyentes somos poco conscientes, cuando está terminando el plazo de declaración de 2003, de que al mismo tiempo se está cerrando el sexto mes del período impositivo 2004 y de que ya hemos obtenido rentas o realizado operaciones con trascendencia fiscal para la próxima declaración que quizá no hemos valorado adecuadamente. En general, también la mayoría nos preocuparemos en diciembre de ver si podemos hacer algo que reduzca nuestra cuenta fiscal de 2004, sin grandes posibilidades dada la inmediatez del devengo del impuesto. Pero ¿podemos decir con seguridad que con mayor anticipación tendríamos mejores resultados? Evidentemente sí.
Es cierto que las economías de opción de nuestra legislación del IRPF son poco estimulantes, pero no deja de haberlas y es legítimo tenerlas en cuenta, adoptando unas mínimas medidas de higiene tributaria. Veamos.
Los rendimientos del trabajo tienen pocas opciones. Tributan con una base muy extensiva y con pocas opciones a reducciones. No obstante, cabe negociar con el empleador una retribución flexible que teniendo en cuenta la fiscalidad de las retribuciones en especie y de las rentas irregulares, reduzca su fiscalidad tanto en niveles altos como bajos de retribución.
Por lo que respecta a las rentas de capital, la política debe ser colocar el ahorro en activos que difieran la tributación o la reduzcan sustancialmente. Me refiero a inversiones a más de dos años o a colocaciones en instituciones de inversión colectiva o en determinados contratos de seguro. Conviene, además, mantener los activos de cualquier naturaleza susceptibles de acogerse al régimen transitorio de las ganancias patrimoniales derivadas de bienes o derechos adquiridos antes de 31 de diciembre de 1994, ya que recientemente se ha confirmado su subsistencia. Invertir en inmuebles y alquilarlos proporciona buena fiscalidad presente y futura, ya que el rendimiento del arrendamiento se reduce un 50% y las plusvalías de la propiedad a más de un año se gravan al 15%. Realice sus demás ganancias patrimoniales también a más de un año y tenga en cuenta la posible compensación de las pérdidas a menos de un año con las demás rentas positivas de la parte general del IRPF, con el límite del 10%. Finalmente, aproveche los pocos beneficios fiscales que quedan para la inversión en forma de reducciones en la base o en la cuota: aportaciones y contribuciones a sistemas de previsión social, adquisición y rehabilitación de la vivienda habitual, cuentas vivienda y la nueva cuenta ahorro-empresa. Bien utilizado todo lo anterior mejorará nuestra fiscalidad media, ya que poco más hay que merezca la pena anotar. Les deseo una buena declaración. Aprovechen el último fin de semana.