Estrategias frente al sopor del mercado
El sopor que se ha adueñado de los mercados en las últimas semanas está dificultando la labor de los gestores, que se las ven y se las desean para encontrar activos lo suficientemente atractivos. La cercanía del verano, de un lado, y la falta de referencias, del otro, han sumido a las Bolsas en la atonía y, aunque cierran la mayoría de las sesiones con alzas leves, no es precisamente porque los grandes inversores, los fondos de inversión, estén en el mercado.
Tampoco muchos de los pequeños ahorradores están encima de la Bolsa, por mucha OPV que haya habido en los últimos tiempos. Lo últimos datos de la industria de fondos reflejan que el dinero nuevo, aun entrando en renta variable, se está destinando mayoritariamente a fondos de renta fija a corto y monetarios.
Los inversores están aprovechando el fin del peaje fiscal de los fondos de manera sabia. El hecho de no tener que tributar por las plusvalías cuando se traspasa el dinero de un fondo a otro ha brindado a los partícipes una útil herramienta. Los inversores entran en fondos de renta variable cuando las perspectivas son buenas, pero rotan sus carteras hacia fondos monetarios, de riesgo nulo, cuando vienen mal dadas o, simplemente, no hay dónde elegir, como es el caso. En esta situación el inversor apenas revaloriza su patrimonio, y menos ahora con los tipos de interés oficiales en mínimos. Pero tampoco arriesga sus inversiones. Si tiene paciencia, se puede permitir el lujo de esperar a que el mercado se defina.
La herramienta es útil, pero peligrosa si se utiliza mal. No hay peor estrategia que operar a corto plazo y tratar de tomarle el pulso al mercado para entrar cuando se cree que va a subir y salir cuando la percepción es la contraria. La experiencia ha demostrado que al final uno entra cuando es demasiado tarde y se sale en el mejor momento.