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CincoSentidos

Un agente 007 a la portuguesa

José Prata, periodista de cultura portugués, nunca pensó en publicar una novela. Un día, sin embargo, le vino una visión a la cabeza: un hombre tumbado sobre una vieja muerta, él la había matado. A la mañana siguiente, escribió el primer párrafo, después los siete siguientes y en mes y medio había completado las 184 páginas de su primera novela Os coxos dançam soziños, traducida ahora al castellano con el título de Los cojos bailan solos (Alfaguara).

El libro impacta desde el primer párrafo. 'Estoy en la habitación y no estoy solo. Frente a mí, tumbada boca abajo se encuentra la vieja que maté esta mañana. El problema es que han designado para el caso al inspector Brandão y, por si no lo sabéis, Brandão soy yo, Porto Brandão, encantado de conoceros'. 'El primer párrafo ha condicionado toda la novela', confiesa el autor.

El libro es una parodia del género negro. Al protagonista le suena en el móvil la música del agente 007. Además, es un ser políticamente incorrecto: extorsiona a los taxistas, cierra la puerta en las narices a su portera, a la madre, en coma, la considera un vegetal, atropella a los aparcacoches drogadictos. La caricatura se extiende también a los que le rodean: el ayudante Alminha, que no brilla por su inteligencia, el inspector Furtado, un zoquete carente de imaginación, las víctimas, gordas como ballenas.

El periodista se siente afortunado por las críticas recibidas en su primera novela

Entre tanto charco de sangre, no falta el humor negro. José Prata escribió Los cojos bailan solos en un momento en que estaba deprimido y lleno de rabia. La revista para la que trabajaba cerró. El periodista ya había pasado antes por situaciones similares, pero ese trabajo le ilusionaba especialmente. La furia que le provocaba haberse quedado sin empleo le empujaba a escribir con humor. Prata recuerda unas declaraciones de Ingmar Bergman en las que el director sueco reconocía que sus únicas comedias las rodó cuando estaba al borde del suicidio. Lo entiende, porque proyectó en el personaje de Brandão la fuerza e irresponsabilidad que él no podía tener.

El protagonista es un criminal traumatizado. La narración va descubriendo pasajes de su infancia en Mozambique, cuando a su padre médico le destinan al Norte en guerra y queda solo con su madre, con la que juega al trencito en la cama.

Brandão es una mezcla de los personajes de Patricia Highsmith, un tipo con sentimientos y al mismo tiempo, carente de moralidad. 'Todos tenemos instintos asesinos. Si te sientes maltratado, te dan ganas de cometer un crimen', observa Prata.

Maldad y crítica social que le interesa contar desde la ironía. 'Todo proceso artístico debe tener un equilibrio', dice este autor influenciado por el taoísmo y el budismo y que como su policía asesino también practica yoga. 'Si voy a dar tanta violencia, tanta crítica, mejor no hacerlo demasiado en serio. Brandão es una bestia, pero cautiva'.

El libro, publicado en 2002, fue muy bien acogido por la crítica portuguesa, incluso Expresso, Publico y Jornal de Noticias hicieron pleno en sus críticas. 'Me siento muy afortunado', admite el escritor.

La novela se lee de un tirón hasta llegar al desconcertante final. ¿Tendrá continuidad Brandão en otra novela? José Prata desconoce la respuesta. Cuando los escritores a los que entrevistaba le hablaban de que los personajes cobraban vida, no lo creía, pero ahora ha comprobado que es cierto. Por eso, si Brandão se impone en un nuevo libro, volverá.

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