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CincoSentidos

El optimismo resulta rentable

Los gestores empresariales más positivos tienden a ver lo mejor de sus equipos y a la larga consiguen una mayor productividad

Decía Harry Truman que un pesimista es quien solo ve problemas ante las oportunidades y un optimista quien hace que las dificultades sean la fuente de sus oportunidades. Los ocupantes de la Casa Blanca como Truman saben de la importancia de ello. Según la prestigiosa revista Atlantic Monthly, EE UU es un país culturalmente optimista que espera que sus presidentes reflejen este espíritu.

Ronald Reagan era el paradigma del optimismo. Pero también el actual presidente George W. Bush declaró serlo y un aspirante a presidente demócrata para las elecciones de 2004, John Edwards, ha presentado esta cara en su carrera por la nominación de su partido diciendo que no han sido cínicos los que han construido EE UU 'sino los optimistas'. Edwards perdió las primarias, frente a John Kerry, pero se perfila su candidatura a la vicepresidencia.

La lección conocida por los políticos es también clave para los gestores de empresas. Karen Reivich, profesora de psicología de la Universidad de Pensilvania asegura que el optimismo es un elemento fundamental de la inteligencia emocional y vital para las personas que están al frente de empresas 'porque son capaces de liderar de forma más efectiva. Los gestores más optimistas son los mejores motivadores, animan y aglutinan mejor a sus equipos'. El optimismo y la esperanza son el motor de la motivación.

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Pesimismo

Según esta profesora, los ejecutivos pesimistas tienden a ver sólo lo que es negativo o lo que se hace mal 'y algo de eso es bueno porque uno necesita anticipar problemas que puedan aparecer, pero enfocándose únicamente en lo malo no se capitalizan las cosas positivas o lo que el equipo hace bien'.

Los optimistas tienden a ver lo mejor de la gente y de sus equipos y eso les hace más productivos y constructivos, explica esta psicóloga para aclarar que eso no significa que no por ello dejen de ver los problemas. 'Los ven, lo que ocurre es que se suelen enfocar en los elementos de las dificultades que pueden controlar'.

Reivich, coautora de The resilience factor, afirma que la gente que es más optimista tiende además a ser más fuerte frente a la adversidad, tienen más emociones positivas y son más creativos. 'Todo ello lleva a la conclusión de que tienen más habilidad para resolver problemas'. La psicología descuenta que cuando se acentúan las emociones negativas se cierra la mente y se limita la habilidad de ver posibilidades.

Las investigaciones de la doctora Lisa Aspinwall, de la Universidad de Utah, muestran como los optimistas tienen más capacidad para percibir e integrar la información negativa y modifican mejor su comportamiento para evitar peligros, problemas y riesgos.

Las dificultades pueden venir cuando el optimismo se convierte en falsa ilusión. 'La gente que pierde el sentido de la realidad no es tomada en serio y compromete su capacidad para ser líder', explica Reivich. El objetivo es que se sea tan preciso como sea posible a la hora de ver y analizar las consecuencias y las adversidades a las que enfrentarse, pero con una actitud abierta. La falsa ilusión no sólo es problema de los optimistas.

No todo el mundo tiene esta habilidad aunque la buena noticia es que se puede aprender. Uno de los manuales de referencia de la psicología que analiza estas posibilidades es Learned optimism (Optimismo aprendido) del doctor Martin Seligman, el gurú de esta ciencia. Una de las claves, según este doctor, reside en la forma en la que uno mismo se explica las causas y consecuencias de lo que ocurre, es decir, en la forma en la que se procesa el pensamiento y el análisis.

Reivich, que trabaja con Seligman en la Universidad, concede que el optimismo no lo es todo. 'Es de importancia vital pero para completar el círculo se necesita aportar la habilidad social. Se puede ser optimista y estar ajeno al resto del equipo y no comunicar. Esa no es una buena combinación, la inteligencia social se basa en las dos características'.

Ganar con una cara amable

Impacto social. El doctor Martin Seligman demuestra que la mayor parte de las elecciones que se disputan en EE UU suelen ser ganadas por el candidato más optimista. Seligman ha valorado este factor en las campañas que se han disputado desde 1988, no sólo las presidenciales sino también las primarias y algunas al Senado y ha predicho con un alto nivel de éxito el nombre del ganador. Su equivocación más llamativa fue precisamente en 1988, cuando dijo que Michael Dukakis ganaría a George W. Bush aunque Seligman asegura también que Dukakis cambió entonces de táctica y moduló de una forma pesimista su mensaje, lo que le llevó a la derrota.NecesarioEs conveniente ser optimista cuando se está esperando una promoción, vendiendo una habilidad, escribiendo un informe difícil o se espera ganar un partido. Es determinante serlo cuando hay que mantener alta la moral, y evitar una depresión, o cuando la salud física no es buena.Si se quiere liderar o inspirar a otros, el optimismo tiene que ser utilizado en grandes dosis.InnecesarioSiempre hay excepciones a la regla de que el optimismo es lo mejor. Los psicólogos recomiendan que si se está haciendo una planificación de futuro incierto y arriesgado no se debe ser optimista. Tampoco cuando se deba aconsejar a otros cuyo futuro no sea brillante, al menos inicialmente. Y muy importante: cuando se intenta acompañar a quienes tienen problemas no se puede empezar siendo optimista, aunque una vez que la empatía y la confianza se restablecen sí ayuda. La doctora Karen Reivich asegura que hay algunos optimistas que piensan que es imposible que puedan tener accidentes, o mala suerte, y con una actitud de 'esto no me puede pasar a mi' toman riesgos inapropiados.

El ánimo no cura, pero ayuda

Ver las cosas desde su mejor ángulo, sobre todo, saludable. Primero de todo para las depresiones. Según la doctora Susan Vaughan, la gente optimista sabe modular mejor sus emociones y, contrariamente a lo que muchos pesimistas creen, pueden tolerar mejor los extremos del placer y la tristeza sin quedarse atrapados en uno u otro estado. La teoría de esta doctora abona la tesis de que el optimismo hace a los seres humanos más resistentes. El doctor Martin Seligman, de la Universidad de Pensilvania, asegura además que la actitud optimista ayuda a mejorar la salud física, ya que se es más consciente del valor de llevar una vida sana. Otros estudios sugieren que el sistema inmunológico se refuerza con la actitud positiva lo cual beneficia en el desarrollo de las enfermedades. Como afirman estudios hechos en EE UU, no es que el optimismo cure el cáncer, sino que el pesimismo acelera el final.

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