_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Prodi y Solana, candidatos a 'patos cojos'

l Se inicia hoy una semana de nombramientos en la Unión Europea y aspirantes, candidatos o soñadores calculan las posibilidades de que su nombre aparezca en la lista final. Los líderes de la UE se reúnen el jueves y el viernes con el propósito de rematar la Constitución europea y, de paso, repartir varios cargos importantes. Entre los propios primeros ministros hay varios, como el belga Guy Verhofstad, o el luxemburgués Jean-Claude Juncker, que suenan para la codiciada presidencia de la Comisión Europea. Al actual titular, Romano Prodi, le esperan, si la cumbre nombra a su sucesor, cuatro meses de lame duck, esa expresión que los estadounidenses reservan para el presidente saliente y que los diccionarios traducen como 'pato cojo', en la acepción suave, o 'cadáver político' en la más dura. Es decir, con poder únicamente nominal.

Javier Solana, en cambio, verá en la misma cumbre renovado por cinco años su contrato como Alto Representante de la Política Exterior de la UE. El síndrome de 'pato cojo', no obstante, acecha también al cargo del español, porque el proyecto de Constitución elimina la figura de Alto Representante por la de un ministro de Asuntos Exteriores que ocupará al mismo tiempo la vicepresidencia de la Comisión.

Los Veinticinco deberán buscar una fórmula que garantice en cierto sentido la continuidad de Solana, para que la sombra de un futuro ministro no devalúe su cargo. Y todo eso, en esta semana.

Archivado En

_
_