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Ocio

Euro Disney logra un acuerdo para evitar la quiebra

La larga agonía del complejo turístico Euro Disney, responsable de dos parques temáticos en París, camina hacia su final. La filial europea del imperio Walt Disney, al borde de la quiebra, obtuvo ayer de sus acreedores un acuerdo para la reestructuración de su deuda, que ya alcanza 2.400 millones de euros.

El futuro de la magia de Disney en Europa, en vilo desde hace seis meses, obtuvo ayer un primer signo de aliento. El complejo turístico alcanzó ayer un acuerdo con sus acreedores (la compañía Walt Disney, el banco público francés Caisse des Depôts et de Consignations y un grupo de prestamistas) para la reestructuración de su deuda, estimada en 2.400 millones de euros. El principio de acuerdo, del que la compañía rehusó especificar ni plazos ni cifras, prevé 'la reestructuración de los compromisos financieros del grupo así como nuevas financiaciones en deuda y en fondos propios', según explicó la compañía en un comunicado.

No obstante, el acuerdo está sujeto a 'varias condiciones', entre ellas el visto bueno de los acreedores antes del 31 de julio. De forma paralela, la compañía debe obtener antes de finales de mes el acuerdo de sus prestamistas para la aprobación de la prórroga de la renuncia al pago de los compromisos financieros que tenía con ellos.

El grupo persigue así salir del marasmo económico en el que entró el verano pasado, cuando anunció ser incapaz de responder al pago de sus deudas. A finales de ese mismo año la compañía obtuvo de sus acreedores la renuncia al pago de sus compromisos financieros hasta el 31 de marzo, con el fin de 'dar a la dirección y a los acreedores el tiempo necesario para encontrar una solución', según el presidente de Euro Disney, André Lacroix. A finales de mayo, la compañía obtuvo un plazo suplementario hasta finales de junio. Durante este tiempo, todos los acreedores han seguido renunciando a ciertos compromisos bancarios y a depósitos de garantías de Euro Disney.

La solución podría traducirse en una ampliación de capital garantizada por Walt Disney, la matriz (100 millones), la Caisse des Depôts et Consignations, principal acreedor del grupo (75 millones) y el comité que agrupa el resto de prestamistas (75 millones). De no acordarse esta prórroga o de no concluir el protocolo, 'Walt Disney y el resto de prestamistas tendrían derecho a exigir el pago inmediato de la deuda, obligación que la empresa no podría satisfacer'. La incertidumbre sobre el futuro del grupo se tradujo en una baja histórica de su cotización la semana pasada, 0,33 euros, frente al máximo histórico de 10,25 euros alcanzado durante la apertura del parque, en 1992. Lacroix indicó que el acuerdo permitirá a Euro Disney 'proseguir su estrategia de crecimiento a largo plazo, incluyendo la financiación de nuevos activos'.

El fondo de la crisis

La débil coyuntura económica mundial del pasado año también arrastró al complejo turístico por excelencia en Europa, líder en este continente con 12,4 millones de visitantes en 2003 y creador de 45.000 empleos. El grupo arrojó 33 millones de euros de pérdidas el pasado año por primera vez desde 1994.

La crisis de Irak tampoco ayudó a la imagen del grupo en Europa, frecuentado en un 40% por visitantes franceses, fuertemente movilizados contra el conflicto iraquí. La extrema protección del parque, asegurada por fuerzas militares durante algunos meses, provocó el rechazo de la opinión pública. Además de ello y de la crisis del sector turístico, Lacroix hace referencia a un rosario de infortunios en el informe anual de la compañía: 'Las amenazas terroristas a nivel mundial, la ola de calor y las huelgas en Francia así como la neumonía atípica'.

La apuesta por el cine, un fiasco

En sintonía con la tradición norteamericana, nacionalidad de la casa matriz de Euro Disney, el grupo quiso también apuntarse a la explotación de la imagen Disney a través del cine. Parte ya del imaginario colectivo infantil de varias generaciones, los personajes del ratón Mickey o del mítico pato Donald, así como los actuales, tienen hoy cabida en un segundo parque temático, Walt Disney Studios, que Euro Disney decidió lanzar en 1999. Sin embargo, el proyecto pronto se reveló como un fiasco.Inaugurado en 2002, esta última iniciativa del complejo europeo necesitó una inversión de 610 millones de euros. Lejos de las expectativas, el nuevo parque sólo atrajo 2,2 millones de clientes en los seis primeros meses de aquel año, frente a los cuatro previstos por el grupo. Esta inversión fallida es hoy una de las causas de los 2.400 millones de deuda, como ha reconocido la compañía.Hoy, uno de cada dos visitantes dice salir insatisfecho de los estudios de cine. Al descontento general del público se añade la ausencia de atracciones nuevas desde 1999. Esta degradación de los servicios ha repercutido en el número de visitas que vuelven una segunda vez, menos del 40% en 2002, frente al 60% del Parque temático de Asterix (también a las afueras de París) del mismo periodo.

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