El presidente de Ford europa confía en las plantas españolas
El directivo inglés, ingeniero de formación, ha ocupado puestos responsabilidad en Ford en casi todo el mundo desde que entrara en la compañía en 1978.
El presidente de Ford Europe, Lewis Booth (Liverpool, 1948) responde con una prudencia extrema a cada una de las preguntas que se le formula en la entrevista, celebrada en Valencia con motivo de la producción del coche ocho millones en Almussafes. El directivo se muestra orgulloso de la planta valenciana, en la que Ford ha invertido 360 millones para producir el nuevo Focus, y avisa de los efectos del alza del petróleo, del acero y de una posible sobrerregulación comunitaria.
Pregunta. ¿Cómo van las finanzas de Ford Europe?
'Hemos invertido 360 millones en Valencia para fabricar el nuevo Focus'
Respuesta. Hemos finalizado el primer trimestre con un pequeño beneficio de cinco millones de dólares. Es pequeño, pero supone una mejora de 252 millones con respecto al año anterior.
La mejoría ha sido posible gracias a una progresiva reducción de costes, lograda con una gestión empresarial más eficaz. Además, nos hemos beneficiado del enorme éxito en el primer trimestre del Focus C-Max, y del comportamiento del mercado en Turquía.
P. ¿Y cuáles son sus previsiones para este año? ¿Cuándo entrará en el punto de equilibrio la filial?
R. Nuestra previsión para este año sigue siendo la de incurrir en pérdidas de entre 100 y 200 millones de dólares. De lograr estas cifras, supondría una mejora de entre 900 y 1.000 millones comparado con 2003, cuando perdimos 1.100 millones antes de impuestos. Perdóneme si no concreto cuándo volveremos a rentabilidad.
En cualquier caso, lo más importante este año no es sólo lograr un éxito de ventas con el C-Max, sino también preparar el lanzamiento del nuevo Focus, que se fabricará conjuntamente en la planta de Saarlouis, en agosto, y en Almussafes a finales de año y para el que ya se están adecuando espacios.
P. ¿Han terminado los programas de recortes?
R. La principal reestructuración ya ha finalizado. Claro que continuamos con las reducciones de costes, pero estas medidas se van a asegurar a través de los procesos de gestión de equipos.
P. ¿Cómo afectan a la filial los cambios en la dirección, por los que Mark Fields, jefe de Premier Automotive Group (que engloba a las marcas más lujosas) supervisará la división europea?
R. La relación entre Mark y yo se basa en la continua búsqueda de eficiencias, siempre que no impliquen un impacto para Ford. Trabajamos en oportunidades en compras, en compartir componentes y programas de tecnologías. Tenemos una visión común del negocio, y eso nos ayuda a la hora de buscar eficiencias.
P. Un escenario del barril de petróleo a 50 dólares, ¿sería muy perjudicial para la industria y para Ford?
R. Estamos preocupados por los precios del petróleo. Pero no sólo por el impacto directo sobre los clientes, sino sobre todo por el efecto que pueda tener sobre la economía mundial. Hasta ahora, sin embargo, no hemos visto un cambio significativo en las perspectivas para Europa debido a este repunte. Para este año se prevé un mercado muy parecido al del año pasado, basándonos en una recuperación de la economía. Seguimos muy de cerca el desarrollo del petróleo.
P. Como fabricante que le preocupa más, ¿el alza del petróleo o el del acero?
R. A muy corto plazo, el incremento del acero nos perjudica, porque usamos el acero a diario. A largo plazo, estamos preocupados por el impacto en la economía.
P. Además, va a haber demanda creciente de petróleo desde países emergentes. ¿Pueden provocar estas circunstancias una aceleración de los planes sobre soluciones alternativas?
R. A corto plazo, la solución en Europa es ofrecer a los clientes soluciones más sofisticadas con motores diesel. Con este carburante podremos ofrecer más eficiencias energéticas. Preveo a corto plazo un repunte significativo de este mercado.
P. ¿Y no habrá otros combustibles, como la tecnología híbrida?
R. A mí no me parece que las condiciones europeas de conducción motiven que los motores híbridos sean una solución efectiva en costes. Seguimos trabajando en soluciones a largo plazo, pero la combustión interna tiene aún una larga vida por delante.
P. ¿Cree que a pesar del petróleo, la recuperación del mercado es un hecho?
R. En primer lugar, no vemos aún una crisis producida por el alza del petróleo. En términos reales ni siquiera estamos cerca de los picos alcanzados en el pasado. Nuestra preocupación en Europa es que hay pocos signos de recuperación, sobre todo por la economía alemana, donde la demanda sigue siendo muy débil. La recuperación sólo será real cuando despegue Alemania.
P. ¿Cómo prevé que evolucione la paridad del euro respecto a monedas como el dólar o la libra? ¿Cuál puede ser su efecto sobre Ford y sobre la industria?
R. No tengo ni idea de cómo van a evolucionar. Creo que la gran preocupación es que con el euro tan fuerte frente al yen japonés se queda el mercado desguarnecido ante las importaciones de japoneses y coreanos. La fortaleza del euro le da a nuestros rivales japoneses y coreanos una ventaja sustancial, que a largo plazo irá en detrimento de la industria europea.
P. ¿Cuál es la inversión total en la planta de Almussafes y cuánto han gastado para producir aquí el nuevo Focus?
R. En los últimos tres o cuatroaños hemos invertido casi 1.000 millones de dólares. Para el Fiesta y para el desarrollo de motores fueron unos 600 millones, y para el nuevo Focus la inversión ha sido unos 360 millones.
P. ¿Cuál es su opinión sobre España como país fabricante en la nueva UE?
R. El futuro en España es positivo. Tenemos una grandísima planta en la que invertimos mucho dinero. Pero, lo que es más importante, invertimos mucho en personas, en nuestros equipos. España cuenta con un entorno muy productivo, con muy buena base de proveedores, y una calidad extremadamente buena. Su reto es seguir mejorando la competitividad.
P. ¿Estar en un extremo del continente no penaliza?
R. Hay que buscar el equilibrio entre las eficiencias de escala, la intensidad de la fabricación, con el coste del transporte. Creo que hemos dado pasos significativos con la flexibilidad en la fabricación. En Valencia, el hecho de que podamos fabricar cuatro modelos nos hace muy competitivos. æpermil;ste es un buen activo.
'Las normas de la UE no benefician'
El directivo británico, como el resto de fabricantes en el continente, se mostró escéptico con la regulación proveniente de la Comisión Europea. Booth se reunirá este viernes con su presidente, Romano Prodi, con el que discutirá 'sobre la creciente presión regulatoria sobre la industria del motor'. Los fabricantes europeos están 'presionando por que se introduzca un análisis independiente sobre los beneficios y los costes de cada una de las nuevas normas' que se introduzcan. 'A veces, dudamos de que los beneficios para el cliente sean suficientes', declaró.Booth rechazó opinar sobre un posible riesgo de deslocalización por esta sobrerregulación. Respecto al reglamento de distribución de vehículos, Lewis Booth se limitó a afirmar que su 'preocupación es que nuestros concesionarios presten un buen servicio'.