Alfredo Sáenz insta a "desmontar" de urgencia el estado de bienestar europeo
El vicepresidente segundo y consejero delegado del Santander Central Hispano (SCH) ha asegurado hoy en Bilbao que es imprescindible "desmontar el 'wellfare'" europeo y que no "tenemos quince años para hacerlo". Aunque cree que nadie le "hará caso", manifestó que en Europa hay una tremenda preocupación en Europa sobre el mantenimiento del "estado de bienestar", en su opinión difícilmente viable "después de la entrada de los diez nuevos miembros en la UE".
En un almuerzo, invitado por el Club Financiero, el alto ejecutivo insistió en que "el crecimiento económico a largo plazo y la competitividad están íntimamente ligados a las mejoras estructurales de los mercados de trabajo y financieros; a los niveles de impuestos y a las prácticas
regulatorias".
Sáenz aludió a la coincidente opinión de los analistas sobre la entrada en una época de bonanza económica, con baja inflación, sin altos tipos de interés, sin grandes barreras al comercio y con un mundo "relativamente en paz". En este marco, considera que la Ampliación "es el
principal problema estratégico" para España, ya que plantea "graves riesgos de deslocalización" y de pérdida de fondos estructurales, aunque también puede suponer una oportunidad en términos empresariales.
No obstante, señaló que en un mundo globalizado "no se pueden ignorar las posibilidades de trasladar la producción
(o los servicios) a países emergentes", que es "donde están las oportunidades" y recordó que los costes laborales en Brasil son una décima parte que en los países más desarrollados.
No olvidó referirse con preocupación a la evolución del mercado del petróleo, cuya producción en un 80% "está en manos de países políticamente inestables", al tiempo que la demanda mundial crece "fortísimamente". "El cóctel es explosivo", aseveró. Sobre la evolución del mercado bancario Sáenz, volvió a alertar sobre el error que sería para las entidades bancarias tratar de crecer y "maquillar" sus resultados comprando bancos de tamaño medio, aunque reconoció que "la tentación es casi irresistible".