El impulso de la I+D+i en las pymes
Hace poco se publicó en estas mismas páginas el artículo Innovación en la política de I+D+i (5-5-2004), que reflexionaba en torno a aspectos claves para mejorar la I+D+i en España. En él se hacía mención expresa a los centros tecnológicos y se planteaban propuestas de actuación que nos gustaría comentar.
Desde Fedit, la federación que representa a los centros tecnológicos españoles, participamos de las tesis centrales del artículo mencionado. Es decir, los objetivos a conseguir: optimización de recursos en investigación, desarrollo e innovación; orientación hacia lo que se necesita y es realmente demandado por las empresas y la sociedad, así como la necesaria concienciación de la pyme en torno a lo positivo de la utilización de servicios externos, como los que ofrecen los centros tecnológicos, para el desarrollo de proyectos propios de I+D+i.
Nos alegra observar que lo que Fedit viene defendiendo hace mucho tiempo es también compartido desde el mundo de la empresa. Consideramos positivo que se pongan en evidencia tres cosas: La primera, la relevancia y papel que deben jugar los centros tecnológicos, por su utilidad y contacto directo con el tejido empresarial, para conseguir la mejora competitiva de las pymes españolas; la segunda, la limitada masa crítica de algunos centros tecnológicos, consecuencia en gran medida del escaso apoyo que estas entidades han tenido dentro del Sistema Español de Ciencia y Tecnología, y la tercera, la complejidad de los temas a afrontar para que el sistema y la política de I+D+i sea más efectiva.
Los centros tecnológicos son entidades privadas sin ánimo de lucro dedicadas a realizar actividades de desarrollo, innovación y otros servicios para más de 30.000 empresas cliente (la mayoría pymes), cuyos ingresos se obtienen en más del 60% de la actividad para estas y en cuyos órganos de gobierno y representación participan más de 10.000 empresas.
El gran reto consiste en conseguir no sólo que quien ya hace innovación lo haga más y mejor, sino sobre todo que quien no ha hecho nunca investigación y desarrollo tecnológico (un porcentaje muy alto de nuestro tejido industrial), comience a mentalizarse sobre lo ventajoso que es para aumentar su competitividad.
æpermil;sta es una meta difícil, pues la pyme ni tiene la cultura, ni la estructura, ni los recursos necesarios para acometer inversiones y gastos. Y es en la pyme donde los centros tecnológicos están jugando un papel esencial, impulsando y proyectando la cultura tecnológica y siendo nexo de unión entre investigación y su aplicación práctica.
En España, nos encontramos con un tejido de centros tecnológicos, muchos de ellos gestionados por asociaciones sectoriales, que con grandes dificultades dan pasos mucho más pequeños de los que podrían dar para involucrar a sus empresas cliente en procesos de innovación. En algunos casos la solución puede pasar por un más eficiente uso de los recursos mediante alianzas o fusiones entre centros, línea de actuación ya abierta con iniciativas que están dando excelentes resultados, pero también se necesita una mayor complicidad de las políticas públicas para poder realizar mayores esfuerzos orientados a conseguir cambios organizacionales y culturales en la pyme y, en general, mayor implicación del tejido productivo en procesos innovadores.
Los centros tecnológicos representan menos del 4% del gasto que en España se destina a la I+D+i, mientras que de los fondos por los que compiten todos los agentes europeos y distribuidos por la UE para estas actividades, los centros tecnológicos consiguen el 10,8% de los que llegan a España, sin contar con los que consiguen para sus clientes al involucrarles en diferentes proyectos europeos.
Dicho de otro modo, a la hora de competir en mercados de I+D+i transnacionales, los centros tecnológicos obtienen un reconocimiento tres veces superior al que consiguen en el sistema español, siendo además el agente español que más fondos europeos consigue, lo que da una visión del nivel de calidad de sus proyectos.
El nuevo Gobierno se ha impuesto como meta impulsar la I+D+i en la pyme. En este campo los centros tecnológicos son pioneros y constituye, además, nuestro ámbito directo de actuación, por lo que son una herramienta útil y un aliado para conseguir los objetivos marcados.
Aceptamos el reto de trabajar activamente en la mejora de la eficacia de los propios centros, pero también en el aumento del diálogo y la coordinación con el Gobierno y el resto de agentes (empresas, universidades...), pues sólo con la colaboración y trabajo de todos conseguiremos impulsar la I+D+i en el tejido empresarial de nuestro país.