Sanmina financia a las pymes sus prototipos tecnológicos
La filial española de Sanmina-SCI financia a las pequeñas y medianas empresas que quieren desarrollar un producto innovador y no tienen suficientes recursos para lanzarlo al mercado. La firma adelanta el dinero para la compra de componentes.
Estamos convencidos de que en España existe un potencial de innovación tremendo, pero muchas empresas no encuentran la solución operativa a muchas de sus ideas', explica Enrique López Ayllón, director general de Sanmina España.
La compañía, que ofrece servicios de fabricación de sistemas electrónicos en su fábrica de Toledo, asegura que financian todo el circulante que necesitan las empresas para lanzar un producto: la compra de componentes y todas las inversiones iniciales desde un punto de vista industrial. 'Esto supone el 80% del valor', añade.
Según López Ayllón, les financian tres meses antes de que el producto esté en el mercado. 'Se lo adelantamos, no se lo regalamos', matiza, al tiempo que advierte que estudian cada caso al detalle antes de concederles la financiación. 'Debemos tomar altas precauciones, porque como empresa de servicio que somos tenemos unos márgenes muy pequeñas, en torno al 2%, así que no podemos asumir el riesgo como otras empresas que, con productos de rentabilidad muy alta, pueden absorber con los márgenes de unos el riesgo de otros'.
El director de Sanmina asegura que la fábrica de Toledo tiene capacidad de ingeniería industrial para ello, y que las compañías españolas no tienen por qué ir a Alemania o Reino Unido para desarrollar sus productos.
La apuesta por la pulsera inteligente de Servitae
De la teoría a la práctica. La filosofía de colaborar con las pymes ya tiene un primer ejemplo: Servitae. Esta compañía ha diseñado y está produciendo en Sanmina un equipo de telemedicina. 'Es una pulsera muy sofisticada, pensada para personas mayores', cuenta Enrique López Ayllón.El dispositivo lleva incorporados sensores biométricos y elementos de comunicación GPS y GPRS, de manera que estas personas tienen las constantes vitales monitorizadas. Además lleva un acelerómetro, de forma que si se cae, se detecta y envía una señala de ubicación. El producto está a punto de salir al mercado. López Ayllón explica que 'el primer prototipo se lo hicieron en Alemania, porque pensaban que aquí no había quien se lo hiciera'.