¿Por el filo de la navaja?
En un escueto comunicado, la Comisión Europea anunciaba hace días que, resueltos los problemas para calcular la evolución presupuestaria de los países miembros -concretamente, ciertas dificultades estadísticas en el caso español y algunas reservas relativas al uso en solitario del enfoque- se iba a aplicar el llamado método de la Función de Producción (FP) a España, Alemania y Austria, al igual que al resto de los países, sin desestimar el llamado método de Filtros HP en el caso de los mencionados países.
Tan críptica referencia tiene, sin embargo, una explicación clara: a saber, el propósito de diferenciar lo que los déficit presupuestarios tengan de coyuntural de lo que quepa atribuir a un carácter permanente cuya corrección precisará algo más que la mera recuperación económica.
Según los expertos, el método de los Filtros HP tiene más de estadístico que de económico y , además, incorpora un cierto sesgo pro-cíclico que puede conducir a excesivos optimismos gubernamentales, mientras que el FP reduce al mínimo ese sesgo y ofrece un tratamiento homogéneo para todos los Estados miembros.
Será interesante conocer los resultados ahora que comienza a discutirse en España sobre la magnitud real del déficit legado por el Gobierno Popular y el enfoque de la Administración socialista respecto al tan denostado objetivo del déficit cero.
En sus primeras declaraciones, tanto el ministro de Hacienda como el secretario de Estado del ramo han hecho manifestaciones sensatas aun cuando alguna afirmación se presta a interpretaciones alarmantes que, acaso, se deban más a la habitual dificultad de algunos periodistas a la hora de informar de lo que dicen los responsables económicos que a las afirmaciones de éstos, sin que ello obste a la necesidad de que los segundos extremen el cuidado a la hora de explicitar las cifras ofrecidas.
Vayamos por partes. Ante todo, lo que cuenta a efectos del equilibrio presupuestario es el conjunto de las Administraciones públicas y desde esta óptica el Estado y sus organismos han estado estos últimos años rondando el equilibrio pero sin alcanzarlo, lo cual, entre otras cosas, ha supuesto un moderado impulso que ha permitido huir del estancamiento sufrido por otros socios europeos.
Ese leve déficit , al que se ha añadido el más pronunciado y persistente de las comunidades autónomas, ha resultado menor que el superávit de la Seguridad Social, con el resultado de todos conocido que España ha podido pasar con nota los exámenes que tan arrogantes alumnos como Francia, Alemania o Italia han suspendido año tras año.
Afirmar que la Seguridad Social es 'intocable' puede interpretarse como que alguien desea 'tocarla' y a uno le queda la duda de si el señor Fernández Ordóñez se refiere al anterior Gobierno o, como cabe deducir de una interpretación puramente gramatical, alude a presiones actuales o previsibles en el futuro.
También convendría aclarar el alcance de las deudas existentes al parecer con la Junta de Andalucía y la inclusión de los desequilibrios financieros de RTVE. En el primer caso se trata de unos 2.500 millones de euros que engrosarían el déficit del Estado pero reducirían el de las comunidades autónomas -con lo cual el general de las Administraciones públicas no variaría-. En el caso de RTVE -unos 600 millones de euros- sí que habría una alteración en el déficit computable a efectos del Pacto de Estabilidad. Sería de agradecer que el Ministerio de Economía y Hacienda facilitase cuanto antes las cifras exactas para conocer tanto las respectivas previsiones de los componentes de las Administraciones como de estas en su conjunto.
Los peligros, en mi opinión, residen en las presiones que otros ministerios van a ejercer para cumplir la multitud de promesas hechas por el jefe del Gobierno. Por ello, y aun no dudando de la voluntad del señor Solbes, veo cierto peligro en afirmaciones como las a él atribuidas y según las cuales el equilibrio presupuestario debe mantenerse 'a lo largo de los ciclos' o que puede olvidarse para 'financiar nuevos proyectos'. Frases todas ellas que sin duda el Comisario Solbes debió oír en sus discusiones con los ministros de Hacienda alemán y francés.
Salvo que se olvide la promesa de no aumentar el gasto público por encima del 40% del PIB, los señores Solbes y Fernández Ordóñez necesitarán mucha determinación y mano izquierda para enfrentarse a quienes buscarán aprovecharse del comienzo de la legislatura para generar déficit que luego nadie se atreverá a corregir cuando se acerquen las próximas elecciones.
Y es que el anuncio de algunas primeras medidas no resulta muy esperanzador. Sería interesante saber, por ejemplo, qué opina el antiguo presidente del Tribunal de Defensa de la Competencia a propósito de la reducción de los horarios comerciales y del número de festivos que podrán abrir.