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Bolsa

Código de buena conducta para las agencias de 'rating'

Iosco, la asociación internacional de reguladores de valores, prepara un código de conducta para las agencias de calificación financiera. El código será similar a las declaraciones de principios ya existentes para otros mecanismos de control de las empresas, como las auditorías, y probablemente lo adopten las principales agencias.

Las agencias de calificación financiera, entidades encargadas de examinar los riesgos financieros de las compañías, estarán sometidas a un código de conducta antes de fin de año. El citado código lo está elaborando Iosco, la asociación internacional de reguladores de valores a la que pertenece la CNMV.

'Es consecuencia del caso Parmalat. Existe un grupo de trabajo sobre fraudes financieros de alto nivel y ha visto que si bien los principios establecidos en otros aspectos -auditoría, análisis- son correctos, puede haber más necesidades en áreas como los bonos de empresa o los paraísos fiscales', explica Philippe Richard, secretario general de Iosco.

El código de conducta garantizará la calidad e integridad del proceso de calificación, la independencia, la transparencia y la confidencialidad. Entre otros aspectos, obligará a explicar el mecanismo que lleva a una determinada calificación de forma que se comprenda qué refleja dicha calificación. Asimismo, los inversores podrán comparar el historial de calificaciones para valorar las notas que otorgan las distintas agencias.

De forma paralela, y también a raíz de la experiencia del caso Parmalat, Iosco plantea que la banca de inversión esté obligada a informar públicamente del endeudamiento de las empresas con las que trabaje. Este aspecto, no obstante, está aún sometido a discusión.

El caso Parmalat estalló porque la empresa había contraído deudas que no se reflejaban en su balance, a la par que decía tener liquidez de la que no disponía. 'Fallaron todos los controles; los de la empresa, las auditorías, los analistas, los inversores... Las agencias podrían haber hecho un mejor trabajo. La empresa estaba captando capital cuando decía que tenía mucho dinero en la caja. Deberían haberse preguntado por qué lo hacía o dónde estaba el dinero', afirma Erik Bomans, socio de Deminor, empresa belga de asesoría que agrupa los intereses de inversores afectados por Parmalat y que se ha personado en un juicio en EE UU.

Thomas Saul, responsable en España de Fitch, afirma que 'no tenemos problema si no complica la independencia a la hora dar nuestra opinión. Tampoco creo que el código cambie la calidad de los ratings, que tanto por parte nuestra como de nuestra competencia se hacen con todo el rigor'. No fue posible contactar con representantes de Moody's y Standard & Poor's.

Al ser una norma de Iosco, el código de conducta no tiene valor más allá del moral. Pero Philippe Richard espera que las principales agencias se sumen: 'La presión del mercado para que se adhieran al código de conducta será alta. Además, estamos en permanente contacto con estas agencias. El Parlamento alemán debatió sobre el papel de estas entidades y emitió un texto que apoyaba a nuestros principios'.

Los 'guardias de la puerta'

El papel de la banca de inversión en los mercados financieros es el de los 'guardianes de la puerta', según Iosco. En este sentido, el grupo de trabajo de la asociación sobre el fraude financiero ha de plantearse qué obligaciones de obediencia debida (due diligence) tienen estas instituciones y a quién se deben dichas obligaciones.También se hace especial hincapié en las estructuras financieras complejas y los paraísos fiscales.

Los pilares del buen comportamiento

Integridad y calidad de análisisIntegridad. La metodología de calificación deberá garantizar la calidad del análisis. Deberá ser sistemática y rigurosa; y las calificaciones deberán ser validadas 'de alguna forma' a partir de la experiencia histórica. Las opiniones deberán ser actualizadas periódicamente y cuando se disponga de nueva información que afecte a la calificación.Sin conflictos de interesesLas decisiones tendrán que ser independientes de presiones políticas o de conflictos de interés. Serán necesarios procedimientos de detección y eliminación de estos problemas. Las agencias y sus empleados no podrán operar con valores que presenten posibles conflictos. El mecanismo de pago a la agencia o a los trabajadores deberán ser públicos.Transparencia y claridadLas tasas históricas de impago para cada categoría de calificación deberán estar disponibles para los inversores. También deberán ser públicos los procedimientos de calificación, de forma que se pueda conocer el significado de cada calificación, cómo se llegó a ella y la definición de impago. Las decisiones basadas en información confidencial también deberán ser públicas.Confidencialidad garantizadaLas agencias deberán mantener la confidencialidad de la información que reciban de los emisores o de sus agentes y que no sea pública. Deberán firmarse acuerdos de confidencialidad o pactos de otro tipo que lo garanticen. Este tipo de información solamente se utilizarán para propósitos relacionados con las actividades de calificación financiera.

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