Málaga descubre al Dalí escultor
La escultura es la faceta menos conocida de Salvador Dalí. Fue una pasión tardía, a la que el artista se entregó a los 65 años, cuando ya era reconocido mundialmente, pero en ella se aprecian todas las señas de identidad del genio. La Fundación Unicaja se suma a los actos conmemorativos del primer centenario del nacimiento de Dalí con una exposición en torno a su obra escultórica.
Salvador Dalí Escultor, que se puede visitar hasta el hasta el próximo 21 de julio en el Palacio Episcopal de Málaga, está compuesta por un total de 25 bronces. Se trata de un conjunto de variadas piezas entre las que figuran algunas de hasta dos metros de altura.
Las obras expuestas proceden, en su mayor parte, de la Colección 2049 Obra Contemporánea de Vizcaya, que está integrada por el legado escultórico daliniano perteneciente a Isidro Clot, coleccionista y galerista que encargó las piezas a Dalí. Junto a ellas, se exhibe una serie de obras de la Colección QuArt, con sede en Bruselas.
Entre las obras seleccionadas, que antes han sido vistas en Estados Unidos y Japón, destaca el Cristo de San Juan de la Cruz, creado por Dalí sin cruz ni heridas en respuesta al reto lanzado por su amigo Federico García Lorca, quien se lamentaba de que estas obras siempre presentaban a un Cristo doliente, según la explicación de Carolina Artola, comisaria de la muestra.
Esta obra está incluida en el apartado La luz cristiana, uno de los cinco en que se divide la exposición. Las esculturas se organizan temáticamente en torno a otras cuatro secciones: La memoria daliniana, Según los antiguos, La lección italiana y El alma de España.
En las obras tridimensionales, Dalí transmite su especial visión del mundo y su universo simbólico. Fueron creadas en su casa de Port Lligat de forma libre e independiente, de ahí la creatividad, imaginación y fantasía que emana de ellas.
La mayor parte de las esculturas expuestas fueron creadas mediante la técnica de la cera perdida, una de las más antiguas que se conocen, lo que manifiesta una vez más el interés de Dalí por el mundo clásico.