El auditor recorta el resultado de Avánzit 243,6 millones
Avánzit llevaba 11 años con salvedades en sus cuentas y en 2003 no ha hecho la excepción. El auditor pone serios reparos a las cifras del año pasado. Sus correcciones convierten los beneficios en pérdidas y reducen de forma drástica los fondos propios.
Justo en el momento en que la CNMV ha decretado la lucha contra las salvedades, que las sociedades del Ibex están dando ejemplo y que la evolución de la compañía se está mirando con lupa, Avánzit ha vuelto a descolgarse con una auditoría plagada de reparos.
A lo largo de tres páginas, Deloitte & Touche pone en cuestión los tres puntos fundamentales de la salud económica de una empresa: beneficios, fondos propios y viabilidad futura.
Y lo hace, además, en el momento en que Avánzit necesita convencer a la CNMV de que es una compañía seria y con derecho a cotizar, puesto que lleva suspendida en Bolsa desde diciembre.
Por orden de aparición, el primer cuestionamiento es el más leve en la forma, pero el de mayor trascendencia en el fondo. Se trata de una incertidumbre sobre el futuro de la compañía, habida cuenta de que sus planes de supervivencia están condicionados a acontecimientos que todavía no se han producido y que están fuera de su control.
Entre ellos, el auditor alude a la recuperación de los mercados donde opera Avánzit, el éxito de las medidas de recuperación implantadas, el levantamiento de la suspensión de cotización y la capacidad de obtener recursos.
Fondos propios
Inmediatamente después de la incertidumbre, Deloitte entra en el tema de los fondos propios. Los reales con los que se cerró el año 2003 están fuera de consideración, puesto que son inferiores a la mitad del capital, con lo que Avánzit estaría en causa de disolución. Pero es que entonces la compañía estaba en suspensión de pagos, así que la cuestión está en los fondos propios que incluyen ya el impacto positivo de la firma de los convenios de acreedores y las quitas sobre la deuda.
Avánzit presenta esta información como anexo a sus cuentas y también a ella le pone pegas el auditor. La compañía cifra sus fondos propios en 63,9 millones y Deloitte dice que deberían reducirse 57,5 millones, porque el efecto de las quitas tiene que periodificarse. Pero Avánzit esgrime que los acreedores han firmado una cláusula que hace efectiva la reducción de la deuda en cuanto el convenio es firme, así que está en el derecho, incluso en la obligación, de contabilizarla completa.
La última salvedad se refiere al resultado. Avánzit revirtió en 2003 dos años de pérdidas y registró beneficios históricos, 82 millones. Y lo hizo con créditos fiscales cuya recuperabilidad el auditor pone en duda, tanto por la incertidumbre sobre el futuro como por su capacidad de generar beneficios que permitan aplicarlos.
Según Deloitte, el resultados debería disminuirse 243,6 millones, lo que convertiría los beneficios en pérdidas de 161,6 millones.
A pesar de las salvedades, Avánzit confía en no tener problemas con la CNMV, ya que considera que son cuestionamientos reversibles y puramente técnicos, que solucionarán en breve. Así se lo ha comunicado verbalmente a la comisión y posteriormente lo hará por escrito, con un plan de negocio que justifica la recuperación de los créditos fiscales.